El Europarlamento pide la urgente ratificación de Maastricht

El Parlamento Europeo (PE) aprobará hoy en Estrasburgo una resolución en la que solicita a los Parlamentos de los Doce la ratificación sin demoras del Tratado de Unión Europea (TUE). A pesar de los avances en favor de la unión europea, la Eurocámara critica las numerosas "insuficiencias" de la unión europea aprobada el 11 de diciembre en la cumbre de Maastricht. Entre las propuestas figura la de vetar el ingreso de nuevos socios en la CE si los Doce no resuelven antes el déficit democrático y reforman las instituciones.La aprobación en el pleno de hoy del informe elaborado por el eurodiputado socialista David Martin y el democristiano Fernand Herman está ya consensuada. El debate, sin embargo, será agrio. El dictámen del Parlamento Europeo no afecta jurídicamente al proceso de ratificación, pero su voto positivo se ha convertido esta vez en determinante, porque las Cámaras de Italia, Bélgica y Alemania han condicionado su postura a la de los eurodiputados.

La petición del sí al acuerdo de Maastricht es una concesión al realismo, derivada de "la necesidad de significar con un acto solemne la voluntad de unión de los Estados miembros y de la Comunidad". La urgencia de la ratificación se impone por "las reacciones [negativas] en varios países" a las consecuencias financieras del tratado.

Críticas

El Parlamento Europeo critica las disposiciones contradictorias" del TUE frente a los objetivos fijados, pero reconoce "los progresos alcanzados en materia de unión económica y monetaria, de políticas comunes y de ciudadanía europea".

El sistema institucional atrae los principales ataques en razón de que "no se ha corregido el déficit democrático" y porque "se puede dudar de la capacidad de la Unión Europea para realizar los objetivos que se ha fijado, en particular en caso de ampliación de la Comunidad a nuevos miembros".

La estrategia que el informe recomienda seguir al Parlamento Europeo es no esperar a revisar el tratado en la conferencia intergubernamental prevista para 1996, sino recurrir al veto del ingreso de nuevos socios para obligar a los Doce a acelerar la reforma. "Una Comunidad o una Unión de 16 o más socios no puede funcionar más que si está dotada de instituciones sólidas, sobre todo en lo que concierne al voto por mayoría cualificada en el Consejo: el voto por unanimidad permite a un solo Estado miembro tomar a la Comunidad como rehén".

Entre la larga lista de insuficiencias destaca la condena de la estructura jurídica del tratado en tres pilares (uno común, y otros dos -política exterior y de seguridad común, así como cooperación judicial y policial-, en manos de los Gobiernos), que "provocará en el resto del mundo una confusión entre lo que es la Unión Europea y lo que es la Comunidad".