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Renfe y Telefónica, enfrentadas porque el AVE altera las comunicaciones

El tren de afta velocidad (AVE, según la denominación española) ha levantado la polémica entre dos de las empresas más importantes de España: Renfe y la Compañía Telefónica. El deterioro que el paso del AVE provoca en las transmisiones por teléfono ha abierto una polémica sobre quién ha de pagar los costes de proteger unas instalaciones, las de Telefónica, que resultan afectadas por la energía inducida que provoca el funcionamiento del tren al lado del tendido telefónico.

Los pasados 22 y 23 de febrero parte del sistema de teléfonos de la provincia de Ciudad Real sufrió alteraciones que coincidieron con el paso del tren.El día 23 de febrero el director provincial de Telefónica de Ciudad Real, Juan García Justos, envió una carta al director de conservación y redes de la compañía en la que le comunicaba que se habían producido cortes en Ios sistemas MIC que tienen una correlación con avistamientos del tren". Posteriormente, el 17 de marzo, el presidente del comité de seguridad e higiene en el trabajo de Telefónica mandó un escrito a los directores provinciales de la compañía de Ciudad Real, Córdoba, Toledo y Sevilla provincias por las que pasa el AVE en el que pedía conocer con exactitud los horarios de pruebas del tren para evitar riesgos a los trabajadores de la compañía que tuvieran que trabajar en los tendidos. En el escrito llega, incluso, a proponer la posibilidad de interrumpir los trabajos en las líneas telefónicas afectadas.

Las cartas, a las que ha tenido acceso este periódico, evidencian la posibilidad de un problema que una comisión mixta de Renfe y Telefónica estudia desde 1989. Al tiempo, cada compañía, por separado, encargó un informe para medir la intensidad de la energía inducida al paso del tren y su influencia.

Cierto peligro

El estudio de Telefónica, realizado por su filial Investigación y Desarrollo, señala que "esta corriente inducida puede provocar perturbaciones" que generan "cierto peligro para las personas que estén en una franja de tres kilómetros". También señala que el AVE puede provocar "daños en el equipo de telecomunicaciones" y "empeorar la calidad en la transmisión de líneas telefónicas o señales de televisión".El informe de Renfe, encarga do a Siemens, detecta una docena de tramos en el recorrido del AVE que suman- unos 100 kilómetros que considera "conflictivos" por los niveles que alcanza la energía inducida. Renfe, sin embargo, reduce la franja donde la energía inducida puede alterar las instalaciones a un kilómetro e insiste en que no hay peligro.

Ambos informes coinciden en la necesidad de tomar medidas. Renfe ha destinado 1.000 millones de pesetas a instalar en los dos sentidos de la vía un cable de aluminio revestido de acero para reducir la tensión inducida. Telefónica ha empezado a instalar filtros y transformadores en tendido, pero pretende que su coste, que no concreta, lo pague Renfe, que sólo admite la posibilidad de financiar un porcentaje, que tampoco define.

Comisiones Obreras, por su parte, ha pedido a Telefónica que garantice la seguridad de sus empleados e informe públicamente de las medidas de precaución que piensa adoptar.[Por otra parte, Renfe ha anunciado que va a proceder a una reestructuración de las conexiones ferroviarias que unen actualmente Madrid con distintas capitales andaluzas como consecuencia de la entrada en funcionamiento del AVE. Así, se suprimirá el intercity que une Madrid con Sevilla, aunque la oferta se incrementará sensiblemente por el AVE. En la línea Madrid-Cádiz, los trenes de alta velocidad se complementarán con un servicio intercity entre Sevilla y Cádiz, lo que producirá un aumento en la oferta.]

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