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El mundo árabe polemiza sobre el doble rasero tras las sanciones contra Libia

Diversos dirigentes árabes se hicieron eco ayer del argumento libio de que las sanciones de la ONU impuestas contra Trípoli revelan la sumisión internacional frente a los designios de EE UU y sus aliados. En el mundo árabe, la acción promovida por Washington, Londres y París ha reabierto el debate sobre la política de doble rasero. El secretario general de la ONU, Butros Gali, enviará mañana a Trípoli a un representante para mantener conversaciones. Mientras, Libia reaccionó furiosamente. a las sanciones amenazando con tomar represalias.

El primer comunicado de la cancillería libia tras la aprobación de sanciones contra Trípoli trajo una denuncia de "injusticia americana" que, según dijo, entraña "una cruzada contra los árabes. y los musulmanes". [Libia amenazó ayer con suprimir el envío de petróleo a Estados no amigos, informa Reuter]. Evidentemente, el coronel Muammar el Gaddafi, quien no es ni mucho menos una figura popular en el mundo árabe, va a intentar galvanizar el sentimiento de repudio de sus correligionarios hacia la ONU con argumentos similares a los que Saddam Husein utilizó para ganarse simpatías entre sus vecinos. Sin embargo, a diferencia del dirigente iraquí que invadió Kuwait, a falta de pruebas concretas de culpabilidad libia en el caso Lockerbie, el coronel Gaddafi puede seguir insistiendo en su inocencia.Ello le brinda margen para convertirse en portavoz de la frustración árabe, un sentimiento que ayer se hizo patente entre iraquíes, palestinos, sirios y entre algunos analistas egipcios que temen el posible advenimiento de Gaddafi como una víctima capaz de captar solidaridad y simpatías regionales.

Para muchos árabes, las sanciones contra Libia no son sino un intento para desestabilizar un gobierno antiimperialista reacio a aceptar el nuevo orden diseñado en Washington y que, a decir del presidente sirio, está defraudando a los árabes.

Poco espacio en el nuevo orden

Hafez el Assad, que se sumó con entusiasmo a la campaña norteamericana contra Irak inmediatamente después de la invasión de Kuwait en agosto de 1990, acaba de reconocer que el nuevo órden mundial promete poco a los árabes. Es más, en un discurso que pronunció mientras en la ONU se aprobaban las sanciones contra Libia, el presidente sirio dijo que los beneficiarios del nuevo estado de cosas son "los enemigos de los árabe?.Del campo palestino surgió una abierta condena. Nabil Shaat, uno de los principales estrategas de la OLP en las negociaciones árabes-israelíes de paz abiertas en Madrid el año pasado, declaró en El Cairo: "Es imposible sustraerse a la exasperación ante semejante ejemplo de política de doble rasero con la que se trata a los árabes y a Israel". Los recursos legales de la ONU, añadió, jamás se usan cuando se trata de presionar a Israel para que cumpla resoluciones de la ONU.

El mismo sentimiento fue expresado en Beirut por el ministro de exteriores libanés, Fares Bueiz.

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[Libano, Siria, Jordania y los palestinos decidieron ayer participar en la quinta sesión de las negociaciones bilaterales con Israel el 27 de abril en Washington, informa France Press].

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