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El asalto de paracaidistas a una discoteca de Alcalá queda impune

El asalto a la discoteca Benja de Alcalá de Henares, presuntamente cometido por miembros de la Brigada Paracaidista, ha quedado impune al no haber conseguido la juez que ha instruido las diligencias -la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de esa localidad- averiguar la identidad de los autores del asalto, según han informado fuentes judiciales.

El dueño del local, Benjamín López, no pudo ver la cara de los agresores porque, según él, iban provistos de pasamontañas militares.La juez, Isabel Fernández del Prado, decidió hace días archivar las diligencias argumentando que el autor -o autores- son desconocidos. El fiscal también ha apoyado el archivo de las diligencias.

El asalto ocurrió en la noche del 6 de diciembre de 1991, cuando un grupo de encapuchados, provistos de botes de humo y bates de béisbol, entró en el citado local e hirió a cinco clientes y al dueño de la discoteca, Benjamín López.

La magistrada titular de ese juzgado estudió sobreseer la causa después de que el propietario de la discoteca le dijera que desconocía la identidad de los asaltantes. Sin embargo, prefirió esperar hasta tener los resultados de un informe que había solicitado sobre la procedencia de uno de los botes de humo utilizados por los encapuchados para agredir a los clientes.

Este documento, no obstante, no ha servido para aclarar lo sucedido. La juez rehusó dialogar con este periódico. "Yo no atiendo a periodistas", declaró.

Aunque el dueño del local no pudo identificarlos, sí expresó a la juez su convencimiento de que el acto de vandalismo había sido perpetrado por soldados de la Brigada Paracaidista (Bripac), emplazada en esa localidad.

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Benjamín López amparó sus sospechas en que los pasamontañas con que iban ataviados los asaltantes eran similares a los que utilizan los militares de la Bripac, según había declarado ante el juez el dueño de la discoteca.

"Venganza"

Benjamín López expresó tras el asalto su deseo de prohibir a los militares de esa brigada de Alcalá entrar en su discoteca, ya que sospecha que el asalto pudo obedecer a una venganza por parte de soldados paracaidistas.

Paralelamente a la instrucción de las diligencias judiciales ahora sobreseídas, el Ministerio de Defensa decidió abrir una investigación interna con objeto de averiguar si en los citados incidentes habían participado, como denunciaba el dueño del local, soldados de la Brigada Paracaidista de Alcalá. El resultado de esa investigación no ha sido hecho público.

Todos los clientes de la discoteca Benja, así como su dueño, consultados entonces, coincidieron en señalar que los asaltantes pertenecían a la Brigada Paracaidista, tanto por su vestimenta (pasamontañas y bufandas verdes) como por la forma organizada de actuar, informa Javier Barrio. Incluso un joven observó cómo se reunían en un parque cercano antes de cubrirse los rostros y cómo uno de ellos "repartía entre los demás los palos que llevaba en un saco".

Al día siguiente del incidente, el dueño de la discoteca aseguraba que entre los clientes que se encontraban en el local en el momento del asalto había un joven paracaidista amigo suyo que "iba a conseguir los nombres de los que entraron".

Tanto el propietario del local como varios chicos y chicas coincidieron en afirmar que no era la primera vez que se producían incidentes con paracaidistas en aquel y otros locales, aunque no con tanta violencia. También dijeron que en otras ocasiones "nunca les han hecho nada" por sus fechorías. Ya entonces vaticinaban: "Ahora ocurrirá lo mismo".

'Venían organizados"

En esta ocasión, algo fue diferente con respecto a otros altercados, según aseguran los clientes de Benja. "Venían preparados y organizados, y al frente se encontraban mandos intermedios". Esta deducción la hicieron porque a a uno de ellos "se le escapó un saludo dirigido al sargento".

El encargado del bar situado frente a la discoteca, y cuyos cristales fueron reventados por los asaltantes, declaró ayer que no ha vuelto a producirse ningún incidente y que ya no frecuentan la zona los militares. Añadió que desde entonces todos los fines de semana se encuentran en las inmediaciones dos coches patrulla de la policía local. Respecto al archivo de la denuncia, señaló: "Se veía venir".

Los paracaidistas consultados en aquel momento se mostraban convencidos de que no había sido ninguno de ellos. Y aseguraban: "Si son los paracas, matan".

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