La aristocracia intenta recuperar sus castillos y tierras en Checoslovaquia
Recuperar castillos y tierras en ex territorios del imperio austrohúngaro se ha convertido en el principal objetivo de Europa 2000, una organización recientemente creada en Viena con unos 400 miembros, en su mayoría aristócratas. El Partido Comunista Checoslovaco ha denunciado "una vuelta al feudalismo", y el periódico Rude Prayo, ex organo oficial de ese partido político, se interrogaba hace unos días '¿Se devolverá todo el Estado?'.
De acuerdo con esta publicación, la mitad de los bosques propiedad del Estado, 2.583.000, serán privatizadas por el mecanismo de la restitución y la familia Lobkowitz recibirá 17.200 hectáreas; los Kinski, 14.000; Colloredo-Mansfield, 12.000; los Lichtenstein, 5.000, y los Czernin, 2.400. Un portavoz del Gobierno de Lichtenstein anunció la semana pasada que bloqueará el ingreso de Checoslovaquia en la EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio), mientras no le sean restituidos la totalidad de bosques y castillos a la familia regente.Los aristócratas, o "las antiguas familias europeas" como ellos prefieren denominarse, afirman que las leyes de restitución vigentes en ese país les permitirán recuperar "sólo un 5% de la propiedad original". La ley limitaba la restitución de castillos con tierras de hasta 250 hectáreas de bosque y 150 hectáreas para la explotación agrícola.
El mes pasado, sin embargo, el Parlamento aprobó anular la limitación de superficie, y el ministro de Agricultura checoslovaco, Bogumil Kubat, reconoció que "miles de hectáreas podrán ser restituidas".
La ley de restitución se refiere a la propiedad confiscada por los comunistas desde febrero de 1948 y deja fuera las expropiaciones sufridas por la población judía en 1938 y 1939, como a los sude tendeu tschen, alrededor de tres millones de personas expulsadas de Checoslovaquia después de la Segunda Guerra Mundial.
Los beneficiarios de la restitución deben ser ciudadanos checoslovacos o tener residencia en el país, y no les serán devueltos los palacios ubicados en el centro de Praga, que ahora funcionan como ministerios y oficinas gubernamentales.
Martin Palffi, abogado, miembro de Europa 2000, administrador de la herencia de su familia, dice que la ley "es inaceptable porque es una discriminación a los extranjeros". "Es algo turbio desde el punto de vista político y un error desde el punto de vista económico", asegura. Las autoridades checoslovacas deberían "invitarnos a retornar con inversiones para revitalizar esas propiedades", sugiere Palffi.
Hay alrededor de 1.000 castillos, fortalezas y ruinas distribuidas en la república checoslovaca (Bohemia y Moravia) y de éstos sólo 160 fueron aceptablemente conservados durante la era comunista y eran utilizados como museos o galerías de arte. Cuarenta de estas propiedades fueron expropiadas por los comunistas en 1948 y ahora serán devueltas a los herederos de los dueños originales.
Michael Goryani, abogado austriaco y aristócrata especializado en la restitución de los ex países del CAME, cree posible "lograr un éxito, no en lo legal, ya que es imposible que se dicten nuevas leyes para devolver la propiedad, pero sí por la vía de la negociación".
"Checoslovaquia necesita una propuesta constructiva de inversión", termina Goryani. El fundador de Europa 2000, el jurista Eltz, asegura que su organización tiene el "conocimiento, el capital y somos capaces de dar confianza a la comunidad internacional".
Antiguas familias
En el ámbito privado, fuera del marco legal, se dan todas las facilidades para que las antiguas familias regresen a Checoslovaquia. Con la ayuda del alcalde de un pueblo o ciudad se puede conseguir administrar el castillo de los antecesores por un alquiler simbólico de 10 coronas al año, según fuentes de Europa 2000 que no quisieron revelar el nombre de las familias beneficiadas.El encargado de museos y galerías del Ministerio de Cultura de la República Checoslovaca, VIadislav Razim, afirma que la mayoría de los aristócratas quieren convertir esos lugares históricos en campos de golf y centros turísticos. Razim dice que personalmente no tiene "nada en contra del golf", pero "problemas asociados como plazas de estacionamiento, restaurantes y hoteles constituyen un peligro" para la conservación de esas reliquias.El primer beneficiado de la restitución fue Karl Schwarzenberg, canciller de la oficina presidencial, asesor y amigo de Václav Havel. Schwarzenberg es administrador de la herencia del clan familiar, que fue uno de los más poderosos del imperio del Danubio.
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