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Nuevo jirón en Cantabria

Banesto se va de Sniace tras suspender pagos y sufrir pérdidas en los últimos 12 años

La suspensión de pagos de la empresa papelera-textil Sniace el pasado 2 de marzo y la salida posterior del capital de la Corporación Industrial Banesto sitúan a los 1.100 trabajadores al borde del precipicio. La crisis de Sniace abre un nuevo jirón en Cantabria y eleva aún más la temperatura social en la cornisa cantábrica. Con las cifras en la mano, Sniace caminaba inexorablemente hacia el juzgado, pues en los últimos 12 años ha registrado pérdidas. Si en 1989 las pérdidas eran de 1.863 millones, en 1991 se elevaron a 4.124 y solamente en enero ya perdía 460 millones.

La huida de la Corporación de Sniace en plena suspensión de pagos ha sorprendido al mercado y al sector bancario por su rapidez. Sin embargo, en junio de 1991 Mario Conde, presidente de Banesto y su Corporación Industrial, daba un aviso: "No estamos dispuestos a seguir manteniendo sin apoyos negocios en sectores sin clara viabilidad como el papelero y textil". La Corporación de Banesto ha perdido desde su nacimiento en junio de 1990 un total de 5.500 millones de pesetas en Sniace. Con los datos de enero y febrero del presente año la Corporación calcula que debería dotar otros 2.000 millones, tal y como establece el Plan General Contable para las participadas de una corporación.La ejecución de un aval de Banesto por parte de la Confederación Hidrográfica del Norte y el Ayuntamiento de Torrelavega por el canon de vertidos al río Besaya, cercano a la fábrica, ha sido el detonante para presentar la suspensión de pagos, afirmó Quiralte en la junta de accionistas.

Arturo Romaní, consejero delegado de la Corporación Banesto, explica que "salimos del capital porque aparte de las pérdidas que reporta como tal empresa nos repercute en la Corporación al tener que dotar la parte proporcional de pérdidas. El presente año, de seguir así, tendríamos que dotar otros 200 millones". Y añade: "Eso no quiere decir que nos vayamos de la empresa, en la que hemos dejado abierta una línea de crédito". Los trabajadores han contestado rompiendo las lunas de dos oficinas del banco en Cantabria.

Con el 1% del capital, el equipo de Banesto controla la gestión. Eso, si no salta la sorpresa en las próximas semanas y algún accionista aparece con un significativo porcentaje tras haber cambiado de manos el 50% del capital de la empresa en Bolsa durante las últimas tres semanas. La situación es complicada pero no desesperada. Así la definen tanto la dirección como el comité de empresa. Pero a partir de ahí la visión es radicalmente distinta.

Inviabilidad

Enrique Quiralte, presidente de la sociedad, fue claro en la junta extraordinaria de accionistas: "Con la actual estructura de costes, de tecnología y de precios, la situación es inviable". Desde el año 1989 hasta hoy Sniace ha perdido un 30% en competitividad. Según Quiralte, ahora estamos en pleno valle del ciclo tradicional en el sector papelero y textil. Defiende que con los precios que tenía el papel en 1989 podrían haber generado recursos por unos 3.000 millones de pesetas este año. Pero la realidad es otra. De todos modos, añade, los precios no pueden caer más y por ello cree que aún tienen "posibilidad de remontar descargando costes".Aprovechó para anunciar un recorte "importante" de la plantilla por métodos no traumáticos. Este mensaje ha destapado el cajón de los truenos entre los trabajadores. José Manuel Cóleo, secretario del comité de empresa, afirma que la dirección no ha dicho ni una palabra sobre el plan de viabilidad futura a los trabajadores. Se sospecha una reducción cercana al 40% de la plantilla pero por ahora todo son especulaciones. Cóleo reconoce que la situación de crisis del sector es clara pero también que la gestión de Corporación poco ha hecho por superarla. "Se han sustituido directivos que conocían el negocio y se ha descuidado completamente la red comercial". A su juicio, "Banesto, en los 40 años que lleva en la empresa, ha ganado un dineral porque ha sido el principal suministrador de créditos con condiciones ajustadas a sus necesidades".

Nacida en 1939, la empresa se ha bandeado con soltura durante la posguerra y el desarrrollismo ampliando negocio, tecnología y plantilla. Desde mediados de los años setenta de adentra en un túnel del que no ha logrado salir a pesar del plan de reconversión de 1981. Banesto afirma que desde 1982 hasta 1990 invirtió en la empresa por diversos conceptos, entre ellos ampliaciones de capital, un total de 16.000 millones de pesetas. Desde 1979 hasta hoy ha acumulado pérdidas.

La crisis de Sniace es un eslabón más en la larga lista de papeleras que han supendido pagos: Papelera Española, Torras Hostench, Papelera Navarra, Sarrió... Tanto la Corporación como Sniace tratan ahora de buscar socios tecnológicos y financieros para sacar adelante la empresa, ya que socios financieros parece casi imposible encontrar.Quiralte dice que los datos presentados en la suspensión de pagos, con un activo de 29.000 millones y un pasivo de 11.000, demuestran que la crisis es de liquidez, no de solvencia. El principal acreedor es Banesto con 7.500 millones de pesetas, de los que 5.700 son créditos y el resto línea de descuento comercial.

Blas Mezquita, director general, afirma que se está elaborando un estudio de viabilidad con la ayuda de firmas externas para diagnosticar los problemas con exactitud. Se estudiarán con detenimiento las posibilidades de salir adelante y se escuchará a la plantilla. Por su parte, el Gobierno cántabro, que preside Juan Hormaechea, considera que este nuevo problema agrava la situación industrial del norte de España, lo que debe influir para que se aborden nuevas inversiones en la pedida reindustrialización.

El alcalde de Torrelavega, el socialista José Gutiérrez Portilla, ha dicho que la empresa "no contará con más de 200 trabajadores en breve plazo".

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