Nuevo divorcio en la familia real británica
La separación de Sarah Fergusson deja en segundo plano la campaña electoral
A la familia real británica no se le dan bien los matrimonios. La princesa Margarita está divorciada, la princesa Ana está separada, circulan rumores preocupantes sobre Carlos y Diana y el marido de la reina, Felipe de Edimburgo, repite con sospechosa insistencia la frase "yo, constitucionalmente, no existo". Ayer se rompió otra pareja en Buckingham: los duques de York, Andrew Windsor y Sarah Ferguson, iniciaron los trámites para el divorcio.La noticia fue adelantada con titulares gigantescos por el periódico ultramonárquico Dady Mail, al que se unieron las segundas ediciones de todos los demás. El silencio de los portavoces de palacio fue interpretado como un asentimiento tácito y, a partir de ese momento, a nadie le importó ya qué pasaba con Major o con Kinnock en las futuras elecciones generales. Lo que el Reino Unido quería saber era quién se queda con los niños.
Los informativos de televisión dejaron solos a los políticos con su campaña electoral y corrieron a plantar sus cámaras ante la verja de la casa de los York, mientras los teóricos de la buckinghamología entonaban el "ya lo decía yo" y los contables de los diarios sensacionalistas se frotaban golosamente las manos.
Si los datos del Dady Mail son ciertos, el abogado de la reina, sir Matthew Farrer, habló el domingo con la pareja para arreglar las condiciones del divorcio. En principio, Sarah Ferguson se quedaría con las dos niñas, Beatrice y Eugenie, y con la casa, un regalo de la reina que costó unos 500 millones de pesetas. El duque de York podría visitar a sus hijas siempre que lo deseara y fijaría temporalmente su residencia en una base de la Royal Navy.
Las relaciones entre Sarah y Andrew quedaron muy malparadas, dicen, tras la última escapada de ella con el playboy tejano Steve Wyatt. La relación de la duquesa y el millonario norteamericano había sido prohibida por Isabel II, según la cual Wyatt era "una amistad indeseable"; pero Sarah reincidió, aparecieron unas fotos que demostraban la reincidencia (en Marruecos y en Francia) y a la reina se le atragantó el té de las cinco. Hace tres meses de eso, y desde entonces Sarah. Ferguson sólo ha intervenido en tres actos públicos. A Andrew sólo se le conocen aventuras prematrimoniales, la más famosa de ellas con la actriz Koo Stark.
Andrew es el tercer hijo de la reina y su preferido, aunque, quizá porque le conoce bien, siempre le ha relegado a un papel muy secundario en las actividades de la familia. No posee una inteligencia brillante ni elegancia natural; más bien al contrario. Los expertos dicen que se parece a la hermana de Isabel, la infeliz Margarita. Coinciden al menos en tres cosas: ambos han sido desafortunados en sus matrimonios, ambos son propensos a beber una copa de más y ambos han sido fotografiados desnudos en compañía de gente inapropiada.
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