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Creada una asociación de damnificados por explosiones de gas

No les une una ideología ni una actividad laboral. Sólo tienen en común haber sufrido las consecuencias de una explosión de gas en sus domicilios. Un grupo de afectados ha constituido la primera Asociación de Víctimas de las Explosiones de la Compañía de Gas en España. Su objetivo es defender los derechos de los damnificados "frente a la Compañía de Gas, ahora fragmentada en diversas suministradoras autonómicas, que tarda más de dos años en conceder indemnizaciones".La nueva asociación se dio a conocer ayer públicamente. El acto de presentación tuvo lugar en una peluquería del primer piso de un edificio de la calle del Cardenal Cisneros, en el distrito de Chamberí. Este inmueble madrileño sufrió importantes daños en una explosión de gas que tuvo lugar el 8 de septiembre de 1989. Dos años y medio después de los hechos el edificio sigue apuntalado y sin reparar. Los vecinos volvieron a sus viviendas cinco días después de la explosión. Petronila Acha, portavoz de los 10 inquilinos de Cardenal Cisneros 88, es la presidenta de la nueva asociación.

"Cuando sucede un incidente así no sabes a quién recurrir. Para cuando te enteras de que puedes actuar judicialmente para que te indemnicen muchas veces ya es demasiado tarde", explica Acha. "Lo que pretendemos es informar a otros afectados para que no hagan el tonto como nosotros, que tardamos dos años en buscar un abogado", añade.

La vía penal no prospera

Cada vez que se produzca una explosión de gas la asociación se pondrá en contacto con los afectados para que conozcan la mejor manera de hacer valer sus derechos. Esther Castellano, abogada de las víctimas de las explosiones, explica que en un siniestro producido por el gas "los vecinos deben interponer un pleito civil contra la compañía, pero nunca acudir a la vía penal, porque no prospera". "Luego tienen que solicitar ayudas para la reparación del edificio en los organismos encargados del tema", añade Castellano. La Unión de Consumidores de España (UCE) y los sindicatos UGT y CC OO apoyan esta iniciativa.Febrero de 1991 fue un mes negro para los cerca de 500.000 usuarios madrileños que utilizan el gas como fuente de energía para sus hogares. En una semana seis personas murieron y otras seis resultaron intoxicadas por emanaciones de gas. Un mes después, el 30 de marzo, cuatro personas resultaron heridas al hacer explosión unas tuberías de Gas Madrid en el número 36 de Antomo Toledano. El 22 de octubre, una explosión de gas ciudad en el bar Torres Miranda, en el distrito de Arganzuela, causaba 11 heridos.

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