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Perdidas las esperanzas de recuperar con vida a los 150 mineros aún atrapados en Turquía

Las dimensiones de la catástrofe en la mina turca de Kozlu, a 270 kilómetros al noroeste de Ankara, crecen conforme pasa el tiempo. Ayer por la tarde ya se habían rescatado 138 cadáveres, y se da por hecho que los otros 150 mineros todavía atrapados en el fondo también han perecido. El accidente se debió a una doble explosión de gas grisú el martes, que provocó un gran incendio.

El reavivamiento del fuego interrumpió ayer los trabajos de lo equipos de rescate, que habían empezado su tarea por el fondo de la mina, a 560 metros de profundidad. Al alcanzar las galerías situadas a 425 metros, donde se produjo la doble explosión del martes, tuvieron que detener sus esfuerzos para salvarse de las llamas, que dos días ininterrumpidos de trabajo no han logrado extinguir. "Hemos ordenado a los equipos de rescate que despejen la zona con el fin de poder cortar la llegada de aire y apagar el fuego", explicó el ministro de Estado, Omer Barutcu, que dirige las operaciones en Kozlu, localidad sita en la costa del Mar Negro. Esta medida, sin embargo, hace más improbable aún la posibilidad de recuperar convida.algunos de los mineros todavía atrapados.El ministro reconoció implícitamente que no quedaban esperanzas al afirmar: "No dejaremos cuerpos abajo". El presidente de la Unión General de Mineros, Selahattin Bukrucu, dijo que algunas galerías de madera todavía estaban ardiendo, y que la posibilidad de encontrar con vida a alguno de los trabajadores era casi nula. Supervivientes de catátrofes semejantes están convencidos de que es imposible que alguien se haya salvado.

Nivel de gas peligroso

Los trabajos de rescate se producen mientras en la superficie se desarrolla una intensa polémica respecto de la responsabilidad dela catástrofe. Según el periódico Cumhuriyet, un ordenador detectó la presencia de un nivel de gas peligroso justo antes de la explosión, lo que lleva al rotativo a preguntarse si alguien controlaba el monitor en aquel momento.Interrogado sobre las causas del siniestro, el primer ministro, Suleyman Demirel, quien visitó la víspera el lugar de la catástrofe, afirmó: "No soy un experto, pero según mi información se tomaron todas las medidas de seguridad, y la mina es muy moderna". El ministro Barutcu anunció la creación de una comisión para estudiar las causas del accidente y el líder minero Seinsi Denizer manifestó que los sindicatos estaban pensando en llevar a cabo su propia investigación.

Denizer cuestionó la versión de la compañía de que el accidente se debió a una acumulación excepcionalmente rápida de metano, y aludió más bien a un probable fallo humano. "Ha habido un error", asegutó. "De lo contrario, no habría habido explosión".

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