Algunos autobuses salieron a la calle con protección policial

Algunos autobuses salieron a la calle, durante la mañana de ayer, protegidos por agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Aquellos trabajadores de la EMT que no deseaban seguir la huelga condujeron estos vehículos, según aseguraron la dirección de la empresa y la Delegación del Gobierno. La Plataforma Sindical de la EMT, sin embargo, afirmó que eran los inspectores y los trabajadores con contratos eventuales los que los condujeron.

El delegado del Gobierno, Segismundo Crespo, ofreció protección policial para escoltar "a los más de 140 trabajadores que han expresado su deseo de reincorporarse al trabajo", según rezaba la nota de la Delegación del Gobierno emitida ayer. Crespo puso a su disposición 36 furgonetas policiales para permitir la salida de autobuses y su circulación por el centro de Madrid (los servicios mínimos venían cubriendo trayectos periféricos hasta las terminales del metro).Durante todo el día, la Plataforma Sindical decía 50 donde la dirección de la EMT decía 150, en referencia al número de autobuses que había en la calle.

Un portavoz de la empresa confesó que los autobuses estaban circulando sin ningún control por las calles de Madrid. A media tarde la EMT comunicó que fueron las líneas 12, 16, 21, 27, 61 y 150 las que estuvieron en la calle con protección. La mayoría de los coches salió de La Elipa, y cinco de la cochera de Buenavista. En la primera hubo una carga policial, y Antonio López Alcañiz, El Gandy, y Enrique Villarejo fueron detenidos y puestos en libertad al rato. La tensión, sobre las 9.00, fue grande y hubo incluso una carga policial. El parte de guerra reflejó algunos heridos y contusionados. Todos los vehículos regresaron a las tres de la tarde a las cocheras, al no haber trabajadores que les relevasen.

En Fuencarral también se encresparon los ánimos entre los piquetes y la policía, pero no hubo intervención. Los autocares de los servicios mínimos bloquearon las puertas para no permitir ninguna deserción. Algunas ruedas de autobús se pincharon. Un sindicalista, José León, fue detenido unas horas en una furgoneta policial y posteriormente liberado.

Los miembros de la Plataforma se mofaron por este intento de "romper la huelga" y calificaron la salida de autobuses con protección policial como un acto de "terrorismo sindical". La presencia de esquiroles, según Pablo Rodríguez, no implica ninguna "deserción". Ramón Fernández, considerado el cerebro gris del sindicato, señaló que 100 personas no son nada frente 3.900, en referencia al número de conductores.

Para demostrarlo, unas 3.000 personas acudieron a la manifestación que se celebró por la tarde en el Paseo de las Delicias. En esta convocatoria, Ramón Fernández lanzó un guante a la reunión que se celebraba en el Ministerio del Interior para aumentar los servicios mínimos: "Supongo que Segismundo Crespo hará lo que está dentro de la Constitución".

La dirección de la empresa reiteró ayer su disposición a negociar el convenio con los trabajadores. Éstos no están dispuestos a hablar si antes no se retiran los 27 despidos decretados por el paro ilegal del 15 de enero. El Ayuntamiento mantiene que la decisión sobre los despidos está en los tribunales.

El consejero de Transportes, Julián Revenga, propuso ayer que el sindicato CSI-CSIF (con seis miembros en el comité de empresa frente a 36 de la Plataforma) y CC OO y UGT (sin representación), alcancen un acuerdo en la EMT que posibilite la firma de un convenio que afecte sólo a los trabajadores que lo suscriban y quieran reincorporarse a sus puestos.

La empresa reconoce que tiene, en estos momentos, 1.000 empleados con contratos temporales. Dos conductores que rompieron la huelga declararon a Europa Press que habían vuelto "voluntariamente al trabajo".