Unipublic se plantea trasladar la Vuelta Ciclista a España de mayo a septiembre
Unipublic, empresa organizadora de la Vuelta Ciclista a España, no descarta que a partir de 1995 la principal prueba por etapas española se celebre en el mes de septiembre, abandonando su actual ubicación en el mes de mayo, según ha confirmado su directivo Alberto Gadea. El proyecto ya está en una fase avanzada de estudio. El desplazamiento se debería al deseo de la Federación Internacional de Ciclismo Profesional (FICP) de que las principales carreras (Vuelta, Giro y Tour) no se celebren en fechas cercanas. El cambio de fechas acarrearía una revolución del ciclismo español: los equipos pequeños deberían elegir entre replantear su estrategia o desaparecer. A finales de mayo se tomará la decisión.
La publicidad, principal soporte del ciclismo, tiene objetivos cada vez más multinacionales y la Vuelta es una prueba de consumo interno. La existencia de gran número de equipos profesionales en España cuyo único objetivo es lucirse en esa prueba ha sido siempre una coraza para los esfuerzos internacionalizadores de los organizadores. Otro corsé lo provee la proximidad de fechas con Giro y Tour: las grandes figuras no corren la Vuelta -este año hasta el mejor ciclista español, Induráin, está ausente- porque su objetivo es el Tour y les es imposible estar en forma en ambas pruebas con el actual calendario. Así, la única forma de aumentar el prestigio y la calidad de la Vuelta es cambiarla de fechas.Unipublic está negociando con Albert Verbruggen, presidente de la FICP, las contrapartidas al cambio, que, aparte de romper con una tradición casi centenaria -el Giro se corre desde 1909-, provocaría una revolución en el ciclismo español. La principal petición de los organizadores de la Vuelta es que la FICP garantice una participación de alto nivel a la prueba y otras modificaciones del calendario, como retrasar el Campeonato del Mundo a Octubre, que garanticen que las figuras mantengan la preparación hasta otoño. Unipublic, que organiza la Vuelta desde 1981, también tiene previsto mantener reuniones para negociar con los equipos españoles.
A últimos de mayo una comisión en la que estarán representados todos los estamentos del ciclismo internacional se reunirá para pergeñar un informe sobre el cambio que puede ser definitivo.
José Miguel Echavárri, director del Banesto, uno de los grandes del ciclismo español, resume las consecuencias del cambio de fechas: "Para un equipo puntero en presupuesto y en ambiciones, iría bien porque permitiría participar en las tres grandes con garantías; para un equipo español normal, no. Su gran objetivo es la Vuelta y le sería imposible mantener a los ciclistas en forma hasta septiembre".
Revancha
Echavárri cree que el único acicate de la Vuelta en otoño sería que las figuras la consideraran como revancha del Tour.
"No es bueno para el ciclismo español". El problema para los equipos pequeños lo saca a la luz Javier Mínguez, director del Amaya, uno de los equipos intermedios y, quizá, el que más interés pone en la Vuelta: "El futuro del equipo, renovaciones, continuidad de la casa comercial, presupuesto, se decide ahora a finales de mayo, dependiendo del Pendimiento en la Vuelta; si hubiera que decidirlo en septiembre, sería imposible: no podríamos echar a un ciclista cuando el mercado de contrataciones está cerrado".
La Vuelta en septiembre coincidiría con el comierizo real del año para los aficionados, recién vueltos de vacaciones. Este tópico también lo utiliza Mínguez: "Los españoles asocian la Vuelta con la primavera y con el final de la Liga de fútbol. El público está mucho más sensible hacia los acontecimientos deportivos en mayo que en septiembre", dice.
Manolo Sáiz, director del ONCE, el equipo español mejor clasificado en la jerarquía mundial, se opone rotundamente a modificar el calendario. "Es una medida no oportuna", afirma tras dejar sentado que el "ciclismo español es potente, con gran influencia de las casas comerciales, que ha funcionado bien y no necesita cambios". Saiz piensa que la revancha ideal para el Tour está ya inventada: "Los que fallen en el Tour lo podrían intentar en la Copa del Mundo o en el Campeonato mundial, pero ninguno lucharía por salvar la temporada en la Vuelta".
Los problemas logísticos también le valen a Sáiz: "Septiembre es un mes turístico y habría problemas de hoteles para la caravana de la Vuelta".
Desequilibrio
La tesis de la FICP, recogida por Unipublic, es sencilla. El calendario está desequilibrado: durante 66 días de un total de 120 -desde el 27 de abril, comienzo de la Vuelta, hasta el 26 de julio, final del Tour- se corren tres de las grandes competiciones del año; las carreras de gran categoría restantes -las pruebas de un día de la Copa del Mundo y el Campeonato mundial- se disputan en 15 días repartidos de abril a octubre. Esto, según la FICP, es negativo: la inversión publicitaria para patrocinar a un equipo sólo se rentabiliza en tres meses del año, o menos, según la categoría del equipo, y la proximidad de las pruebas hace imposible que las grandes figuras disputen las tres.El calendario mundial lo establece la FICP. Algunas pruebas, las más históricas, tienen su hueco fijo por antigüedad y a su alrededor se hace sitio para las restantes. La competición ciclista más antigua de las que se celebran en España es la Volta, cuya primera edición se corrió en 1911. Precisamente, la ronda catalana, la segunda española en importancia, se celebra en septiembre, con lo que tendría que ceder sus derechos a la Vuelta. La Volta no será un obstáculo, según afirma Albert Peris, presidente de la UC Sants, organizadora de la Volta, quien se muestra dispuesto a acomodar su prueba en el mismo septiembre, antes o después de la Vuelta: "Somos muy amigos de Unipublic".
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