El hijo de Jesús Gil, inhabilitado también como presidente del Atlético de Madrid

El presidente provisional del Atlético de Madrid, Jesús Gil Marín, que sustituyó en el cargo a su padre, Jesús Gil y Gil, al ser sancionado éste en diciembre pasado con una suspensión de seis meses, también ha sido inhabilitado para el cargo. El juez único del Comité de Competición del Fútbol Juvenil, el magistrado Eladio Galán, le ha suspendido por tres meses debido a la retirada de su equipo de esa categoría de la Liga de la División de Honor. La inhabilitación, contra la que puede recurrir al Comité de Apelación, le fue comunicada ayer y entró en vigor desde ese mismo momento. Uno de los dos vicepresidentes del club, Lázaro Albarracín y Enrique Cerezo, pasará a ser el dirigente en funciones.El Atlético decidió a principios de este mes retirar a su conjunto de la Ligajuvenil para ahorrarse gastos. El juez único ha considerado a Gil Marín como máximo responsable de esa determinación y, en consecuencia, le ha aplicado el artículo 418.2, que trata de la incomparecencia de un equipo a un partido oficial. En él se establece lo siguiente: "Los directivos, técnicos o jugadores responsables de esta clase de hechos [la incomparecencia o la retirada de un cuadro de un tomeo oficial] serán inhabilitados o suspendidos por tiempo de tres meses ( ... )". Además, el Atlético ha sido multado con 100.000 pesetas.

Por otro lado, el juez único tiene pendiente de fijar la indemnización del Atlético al Zapillo, de Almería, al que le correspondía enfrentarse dos días después de que el club rojiblanco anunciase su retirada.

El Atlético también ha sido sancionado, según prevé el reglamento federativo, con dos años sin posibilidad de que otro de sus equipos pueda ascender a la categoría que ahora ha abandonado por sí mismo, la División de Honor juvenil.

Suprimir gastos románticos

"No entiendo absolutamente nada". Eso fue lo primero que manifestó Gil Marín al conocer, de forma extraoficial, su inhabilitación como presidente provisional del Atlético durante un periodo de tres meses.

"Me parece un contrasentido y una incongruencia", añadió; "el Consejo Superior de Deportes y la Federación Española de Fútbol deben ponerse de acuerdo. El Consejo nos exige rentabilidad a los clubes. Para ello, nosotros eliminamos gastos románticos, como los de mantener la cantera. Pero luego nos encontramos con la Federación y sus sanciones y castigos. Que las canteras las soporte la Administración, no las sociedades anónimas en que se van a convertir los clubes".