Miles de personas se manifiestan en el centro de Barcelona contra el racismo y la intolerancia

"No al racismo; derechos, sí" coreaban los miles de personas que ocuparon ayer el centro de Barcelona para manifestarse contra la intolerancia, la xenofobia y el racismo. La marcha, convocada por SOS Racisme y apoyada por 101 organizaciones, contó con un amplio respaldo de la ciudadanía: 20.000 personas, según la Guardia Urbana; 70.000, de acuerdo con los convocantes.

Gran parte de los asistentes eran los principales afectados por la intolerancia y el racismo: africanos, magrebíes y gitanos acudieron desde distintos puntos de Cataluña con el convencimiento de que la manifestación podía ser útil para frenar los brotes racistas. Para muchos de los inmigrantes extranjeros, la marcha fue también una manera de manifestar su protesta por los continuos problemas con los que tropiezan para legalizar su situación en España. "Yo he venido porque no tengo papeles y no me dejan trabajar", resumía un inmigrante de Gambia que portaba una pancarta. Este joven, como muchos otros de los que acudieron ayer a la manifestación, vive en Mataró, donde se dedica a la recolección de flores."No traficante, quiero trabajo", insistía un paquistaní con un mínimo conocimiento del castellano. Los que no eran extranjeros afirmaban que participaban en el acto para mostrar su solidaridad.

La pancarta que abría la manifestación con el lema Igualdad para vivir, diversidad para convivir, era llevada por representantes de las organizaciones convocantes y por parlamentarios de distintos partidos políticos catalanes. Tres candidatos a la presidencia de la Generalitat en las próximas elecciones abrían la manifestación: Rafael Ribó, de Iniciativa per Catalunya; Aleix Vidal-Quadras, del Partido Popular, y Angel Colom, de Esquerra Republicana de Catalunya. Junto a ellos se encontraban, entre otros, el secretario de organización de los socialistas catalanes, Josep Maria Sala, y Jaume Padrós de CiU. Juan de Dios Ramírez Heredia, gitano y eurodiputado del PSOE, y Pere Camps, portavoz de SOS Racisme, también portaban la primera pancarta.

"Derechos, sí"

Una corta distancia separaba la cabeza de la marcha de la segunda pancarta, portada por ciudadanos de países del Magreb, Senegal, Gambia y Pakistán, entre otros. Era a partir de este punto donde se oían más los gritos de: "No al racismo. Derechos, sí". También era en esa parte de la manifestación donde se lanzaban la mayor parte de las consignas -"no molestéis a mi amigo"- y donde parte de los participantes desfilaba bailando al son de música africana.

La manifestación transcurrió, sin que se produjera ningún incidente, por el centro de Barcelona para finalizar en la plaza de Sant Jaume. Al paso ante la Jefatura de Policía se oyeron algunos silbidos. La marcha tardó dos horas en llegar a destino. Allí, una niña de 12 años, de padre senegalés, madre andaluza y residente en Mataró, leyó un manifiesto en catalán.

"Llamamos a todos los demócratas, a las organizaciones civiles, sociales y políticas a luchar por la tolerancia y respeto de todo el mundo", concluyó la niña. El acto se cerró con una actuación musical con ritmos afrocaribeños.