La pintura aun es posible

Juan UsléBisiesto. Galería JoanTrats. Rambla de Catalunya, 54, Barcelona. Hasta finales de febrero.

Tras varios años sin exponer individualmente en Barcelona, las obras recientes de Juan Uslé (Santander, 1954) están experimentando unos procesos de rotación y de traslación más que destacables: por una parte, su estancia en Nueva York no parece haber sido vana a la hora de recontextualizar su actividad y, por otra, ante esta serie de cuadros, da la sensación de que, por fin, los paramétros de la experiencia pictórica no sólo se reafirman en sus propias cualidades específicas sino que incluso parecen estar haciendo gala de un sano optimismo. Ello nos permite afirmar que, a pesar de todo, la pintura todavía sigue siendo posible, más allá de experimentos matéricos o de especulaciones transparentes. Sin imágenes, sin alegorías, sin incorporaciones volumétricas, la obra de Uslé se nos presenta como el hecho pictórico configurado desde su misma esencia discursiva, recurriendo a las características gramaticales, semánticas y sintácticas que proporciona el uso de elementos en algún sentido individualizables.

Las pinturas de Uslé participan de una clara connivencia entre la intución y la intención, es decir, entre la soltura de lo imprevisto y la racionalidad de lo pensado, dando lugar a una serie de escenas en las que siempre falta algo, en las que siempre se sos pecha que contienen algo que se ubica al otro lado, como si la idea de atmósfera no sólo afectase al campo perceptual o emotivo sino también, y muy insistente mente, al ámbito experimental.

A base de acumulaciones progresivas adiciones y repentinas sustracciones, las pinturas del artista muestran todo aquello que suele ocultarse habitualmente bajo los pretextos figurales de la imagen: sin temas aparentes sin referentes claros, y abandonada a su propia dinámica enunciativa -casi a su suerte-, la obra de Uslé se sitúa en el estrato de lo fragmentario, un estrato que permite operar con total libertad sin por ello olvidar nunca las virtudes y los vicios, la esfera de lo público y la de lo privado el dominio del lenguaje y la necesidad del gesto.