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Un paracaidista deserta y denuncia que soldados veteranos le forzaron a tragar un cigarrillo encendido

LUIS GARCÍA Raúl Sanz Díaz, de 18 años, decidió el domingo que no volvería al cuartel de la Brigada Paracaidista de Alcalá de Henares (Madrid), donde cumplía el servicio militar. Según ha relatado, un veterano le obligó a ponerse en cuclillas, encender un cigarrillo, morderlo y tragarlo.

El soldado, destinado en la Segunda Compañía de la Primera Bandera de la brigada, habló con su madre y decidió abandonar el cuartel. Esa misma noche regresó en tren a su casa en Gijón (Asturias).

El soldado presentó ayer una denuncia en el juzgado de guardia de Gijón contra los veteranos por malos tratos y vejaciones y ratificó su decisión de no regresar al cuartel. No obstante, asegura estar dispuesto a cumplir el servicio militar siempre "que se ponga fin al contrato que firmé para incorporarme a la Brigada Paracaidista".

Raúl Sanz se alistó en el voluntariado especial para aprender algún oficio mientras cumpía el servicio militar. Se incorporó a la Brigada Paracaidista de Alcalá el 7 de enero.

Según Raúl Sanz, "los veteranos hacen lo que les da la gana. Según pasas, te dan una patada o una bofetada sin razón alguna y sin mirar". El soldado añadió que el sábado fue golpeado con una escoba cuando estaba limpiando los servicios. El soldado fue reconocido el martes por la tarde en el servicio de urgencias del hospital de Cabueñes, en Gijón, donde le apreciaron contusiones en la cara y el cuello.

El joven identificó a dos de los presuntos autores de los malos tratos por su apellido: "Mendoza y Ramas". Según la Oficina de Información al Soldado, a Raúl también le obligaron varias veces a realizar el llamado "curso Rambo", que consistía en hacer flexiones, pasear en cuclillas, tumbarse y flexionar las piernas por la noche. Si el ejercicio no hacía a gusto de los veteranos, los novatos eran golpeados.

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Por otra parte, un soldado destinado en el Regimiento de Zapadores Ferroviarios del Ejército, en Cuatro Vientos (Madrid), está ingresado desde el viernes en el hospital militar Gómez Ulla, tras haber intentado suicidarse ingiriendo una caja de analgésicos.

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