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El propietario, de una finca destruye las chabolas de 25 marroquíes

Abdeslam Essamai, de 49 años, observaba ayer desde un alto las cenizas de la chabola en la que ha residido en los últimos cuatro años. Essamai es uno de los 25 marroquíes de Alhucemas que hasta ayer habitaba en el lugar de Majadahonda conocido como Casas de Diego, cuyo propietário derribó ayer alrededor de una decena de chabolas.Luis Reneses Sanz, un hijo de la propietaria de la finca, dio ayer la orden de desalojar el solar a las nueve de la mañana, acompañado de otras tres personas y de una máquina excavadora. Poco después, según relatan Eladad Mohaffied y Sudía Afasás, que habitaban en el poblado, pudieron ver "como la máquina tiraba las casas".

Luis Reneses reconoce que a las 15.00 se quemaron los restos de los cobertizos: "Tenía permiso verbal de la policía local" Otras fuentes, sin embargo, sostienen que la policía ordenó paralizar la demolición.

Los 25 marroquíes desalojados se han ido a las chabolas cercanas de amigos y de familiares. En Majadahonda residen, según el alcalde, Ricardo Romero de Tejada, del PP, 400 marroquíes. Una responsable del centro de acogida de emigrantes asegura que hay unos 2.000 en los pueblos de alrededor. En esta zona de Casas de Diego están asentados en infraviviendas unos 150 marroquíes.

Luis y Antonio Reneses (éste último es jefe de negociado en el Ayuntamiento), hijos de Ángela Sanz Calvo, propietaria de la finca en donde estaban las chabolas, defendían ayer el derecho constitucional de la "propiedad" y sostenían que venían advirtiendo a los marroquíes desde hace dos años para que desalojaran la finca. Los propietarios mantienen: "Ésto había que pararlo, el campamento iba creciendo día a día". Los hermanos Reneses dicen que en su actitud "no hay un fondo racista".

En el fondo, señalan tanto unos como otros, está la necesidad de encontrar una vivienda. "Si eres marroquí no te alquilan ni una habitación ni una casa", se quejan éstos. El alcalde reconoce que en Majadahonda se ha levantado cierta inquietud hacia los marroquíes. El grupo de concejales de IU denunció recientemente en un pleno que los marroquíes estaban siendo víctimas de "cobros abusivos" en establecimientos hosteleros del municipio.

Según una responsable del centro de acogida de emigrantes, la mayoría de los residentes magrebíes en esta localidad cuenta con documentos de residencia o están tramitándolos.

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