Udo Proksch, "el pastelero de Viena", condenado a cadena perpetua
Udo Proksch, el niño terrible de la sociedad vienesa, adulado en otros tiempos por ministros y artistas, y conocido como el pastelero de Viena, fue condenado ayer a cadena perpetua el Tribunal Supremo de Viena, acusado de seis asesinatos.Proksch hizo explotar en pleno océano Indico el barco Lucona para cobrar un seguro millonario por una carga inexistente. El excéntrico ex pastelero, dueño del legendario café vienés Demel, registró la carga en la compañía aseguradora como "material procesador de uranio"; sin embargo, se trataba sólo de chatarra pintada con laca amarilla. El Lucona se hundió y costó la vida a seis de los 12 tripulantes. Proksch afirmó ayer: "La cadena perpetua no será larga, porque, si Dios existe, tendré que morir ahora".
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