_
_
_
_

Una tensa espera ante las ruinas y los escombros

El padre de los hermanos Haya no se lo podía creer. "Será una broma, ¿no?". Sus dos hijos, Juan Carlos y Ángel, estaban desde las seis de la mañana en el hotel Bahía. Una hora más tarde el edificio se venía abajo. La radio acabó de convercerle de que el flamante edificio de cuatro estrellas de la familia Ribalaygua se había convertido en un momento en escombros.Entonces comenzó el calvario de la familia Haya y del resto de allegados de la cuadrilla de obreros, sepultada bajo toneladas de "hormigón en mal estado", según responsables del Ayuntamiento y del Gobierno cántabro.

Los familiares se arremolinaron desde primeras horas de la mañana en el lugar de los hechos solicitando información. Hubo algún encontronazo con los guardias que cercaban el hotel. Más de un familiar perdió los nervios. La gente protestaba y exigía datos fiables de los muertos. Mientras tanto, la sala de urgencias del hospital Marqués de Valdecilla abría sus puertas a los primeros heridos.

Más información
Un edificio con 41 años de antigüedad

"Número indeterminado"

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La radio comenzaba a hablar de siete heridos, algunos de ellos muy graves, y seguía hablando de un "número indeterminado" de sepultados. El padre de los hermanos Haya recibió una de cal y otra de arena en el centro hospitalario. Su hijo Juan Carlos fue el único obrero dado de alta durante la mañana. El cadáver de Ángel Haya fue reconocido por su padre después de que los bomberos lo rescataran sobre la 01.15 de hoy.

En el hospital la tensión aumentaba. Una de las recepcionistas afirmó que la presión de los familiares fue fuerte. El paso de las horas llevó la calma a algunos familiares. Arremolinados en torno a las camas del hospital y sin despegar ojo de las víctimas, ahora ya con nombres y apellidos, hacían tiempo. Todos menos los allegados de Carlos Valiño Torres, el más grave.

Eran las 13.45 cuando sacaron el primer cuerpo. Al principio no pudo ser reconocido, ya que, según las declaraciones de uno de los trabajadores, "haría falta un experto en cirujía plástica para recomponer ese rostro". Era el cadáver de Rafael Santiago Martín.

Al cierre de esta edición permanecían bajo los escombros Gonzalo Montalvo Fernández, de 59 años, y Julio Serrano Alonso, de 24, ambos solteros. Los tres fallecidos son Jesús Álvarez Alonso, de 56 años, casado y con tres hijos; Rafael Santiago Martín, casado y con dos hijos, y Ángel Haya Villegas, de 27, soltero. Los heridos graves son: Manuel Casado Navarro, de 20 años; Albino Pérez Barreda, de 22, y Carlos Valiño Torres, de 29. Los heridos leves son: Pedro Vena Cueto, de 27 años, Francisco Javier Cimiano Calvo, de 22; Roberto González Onaindía, de 26, y Juan Carlos Haya.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_