García Vargas cree que los críticos de la 'mili' son "restos del naufragio" de la ultraizquierda
El ministro de Defensa, Julián García Vargas, criticó ayer en Almería a las organizaciones que denuncian la muerte de soldados y aseguró que le gustaría "que aclarasen sus posiciones ideológicas y políticas, porque nos llevaríamos alguna sorpresa, nos podríamos encontrar con los restos del naufragio de la extrema izquierda". El ministro dijo que las interpretaciones que se realizan sobre las cifras de muertes violentas en filas no se corresponden con la realidad, que la tasa de suicidios no es mayor que en otros países, "incluso entre personas equilibradas", y aseguró que la mili no traumatiza a los españoles.
García Vargas anució que su departamento profundizará en los controles psiquiátricos de los nuevos reemplazos, a la vez que acusaba a Izquierda Unida (IU) de querer convencer a la sociedad de que existe "un equivalente entre mili y suicidio".El titular de Defensa señaló que el servicio militar no traumatiza a los jóvenes españoles y argumentó que la sociedad masculina española que ha pasado por el Ejército "es bastante normal". Apeló a su anterior experiencia como ministro de Sanidad para indicar que los análisis psicológicos que se realizan a los reclutas permiten eliminar "gran parte del riesgo" de suicidios o agresiones graves entre soldados, "aunque es casi inevitable que pueda haber personas individualmente poco equilibradas".
Julián García Vargas visitó ayer en Viator (Almería) la base Álvarez de Sotomayor, sede de la Brigada de Infantería Motorizada XXIII, a la que situó como ejemplo del estado actual de las Fuerzas Armadas españolas por su "profesionalidad y espíritu familiar".
Argelia
El Gobierno, según dijo García Vargas, no planea reforzar las unidades militares ubicadas en la franja mediterránea en relación con la situación de Argelia, aunque "presta atención y cuidado" a los acontecimientos que se están produciendo.El ministro calificó de "lamentable" la reciente decisión del Parlarriento europeo de suspender cautelarmente los programas de colaboración con Argelia y Marruecos. porque "la mejor prevención y disuasión en estos momentos es ayudarles".
García Vargas anunció que la política común europea de defensa "no la veremos en este siglo", pero se mostró decidido a que España aporte su esfuerzo para que el proceso culmine satisfactoriamente.
En cuanto a su departamento, el Gobierno mantiene, según el ministro de Defensa, su línea de reducción paulatina de efectivos que dejará a los actuales 260.000 miembros de los ejércitos en menos de 200.000.
Finalmente, aludió al secreto del programa Santiago para eludir la respuesta sobre los 10.000 millones de pesetas en que se cifra su coste.
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