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Maestras suspendidas

Una profesora y la directora de un instituto, condenadas por el accidente de un alumno

Una profesora de gimnasia y la directora del instituto de bachillerato Antonio Domínguez Ortiz, de Vallecas, han sido condenadas por una falta de imprudencia a raíz del accidente sufrido por un alumno, que se hirió en una mano al caerse sobre unos cristales durante una clase de Educación Física. Una modificación del Código Civil que evitaba el banquillo para los profesores por accidentes durante las actividades escolares no ha servido para mucho: en este caso, la familia del niño ha recurrido a la vía penal. La sentencia ha levantado ronchas en el instituto.

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Vía penal, via civil

Los hechos ocurrieron en enero de 1991. Durante una clase de Educación Física, un alumno de 15 años cayó contra unos cristales que habían sobrado después de arreglar unas ventanas. Según el centro, las lunas estaban tras unas columnas, protegidas por unos bancos. El joven se hirió en la mano derecha y fue trasladado a un hospital por los profesores.Poco tiempo después, los padres del alumno interpusieron una demanda por la vía penal. El juzgado de Instrucción número 1 de Madrid condenó a la profesora de gimnasia, Alicia Martínez Villaescusa, y a la directora del centro, Teresa Morán Penco, al pago de 50.000 pesetas cada una (o a 15 días de arresto sustitutorio) por una falta de imprudencia, más el pago de las costas procesales. Además, la compañía Musini, que tiene suscrito un seguro con el Ministerio de Educación, debía indemnizar al muchacho con 7 millones de pesetas y con 8.000 pesetas por cada día de rehabilitación (245 días en total), en concepto de responsabilidad civil.

Flecos pendientes

La sentencia vuelve a poner a los profesores ante los tribunales y destapa, según los sindicatos, "un agujero no resuelto". "Con la reforma del Código Civil el año pasado se había establecido una vía administrativa de indemnizaciones que hiciera desistir de la vía penal", explica Silvio Navalón, de Comisiones Obreras. "A pesar de ello, el juez no desestimó la demanda. La sentencia es grave y pensamos recurrirla"."Es la primera vez que me pasa esto", dice, compungida, Teresa Morán. "No es justo. Alicia lleva dos años en el centro. Ahora está destrozada. Cada vez que se le cae un niño se echa a llorar".

"Si estas circunstancias se aprovechan para sacar dinero y, sobre todo, para buscar cabezas, renunciaremos a cualquier actividad que vaya más allá de nuestras responsabilidades lectivas", apostilla uno de los profesores.

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La Asociación de Padres y los alumnos han expresado su apoyo a las profesoras. "Se nos va a jorobar el viaje que teníamos previsto a Francia", comentan unos alumnos de 1º de BUP. "La sentencia no es justa. Un accidente le pasa a cualquiera, aquí y fuera de aquí".

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