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Presos de Alcalá-Meco se quejan de un violento altercado

Cinco internos del módulo 3 de la cárcel de máxima seguridad de Alcalá-Meco se quejan en una carta enviada a este periódico de ser objeto de "frecuentes palizas y abusos de autoridad" por parte de los carceleros. Estos presos afirman que el pasado día 4, "sin ningún tipo de razón y motivo", fueron apaleados "con porras, patadas y puñetazos" por un grupo de funcionarios del centro, a cuyo mando figuraba "el jefe de servicio" de turno.Según estos reclusos, tachados de "conflictivos" por la dirección del centro, los carceleros aprovecharon "un cacheo rutinario" y provocaron Iesiones externas e internas" a varios de ellos.

Juan Hidalgo, director en funciones de Alcalá-Meco, niega tajantemente que haya apaleamientos de internos en su centro, aunque admite que a veces la única posibilidad de defensa de que dispone el funcionario "es repeler la agresión" hasta que el interno es reducido mediante sujeción mecánica.

Hidalgo reconoce que en la tarde del pasado día 4 se produjo un altercado entre funcionarios e internos cuando los primeros realizaban un cacheo en las celdas. Según su versión, los presos que había ese día en el módulo -unos 16- "se abalanzaron" sobre los funcionarios, quienes se 1imitaron a repeler la agresión, de forma controlada y sin excesos".

El director en funciones de Alcalá-Meco niega asimismo que durante la refriega resultaran heridos varios internos: "Los médicos estuvieron en las celdas y ninguno presentó lesiones".

Los hechos, según Hidalgo, se sucedieron después de que un interno de ese módulo saltara una valla del patio y agentes de la Guardia Civil lo amedrentaran para que regresase al recinto. "Una vez que los internos se encontraban en sus celdas, se efectuó un cacheo como medida de precaución, momento en el que los internos se abalanzaron sobre los funcionarios para agredirles".

La versión de Hidalgo se contradice, sin embargo, con la que exponen los firmantes de la carta. Según éstos, los carceleros fueron a la celda del interno que había protagonizado el Incidente y, sin más, uno de ellos "comenzó a apalearlo", mientras "los otros se reían e insultaban...".

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"Al ver los demás internos cómo apaleaban a un compañero, [un grupo de internos] quisimos entablar una conversación con los señores funcionarios ( ... ), lo que nos costó ser objeto de golpes, con porras y patadas". Varios sufrieron lesiones externas, y otros tantos, internas. "Solamente queremos cambiar la actitud de los funcionarios o que éstos sean expulsados de su cargo. ¿Se logrará hacer algo al respecto?", cuestionan al final de la misiva.

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