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Cierran casi todos los talleres chapistas

Casi ninguno de los 2.000 talleres de chapa y pintura de automóviles abrió ayer al público en la región de Madrid, donde los vehículos matriculados superan con largueza los dos millones. La llamada Comisión Carrocera, que representa a la mayoría de los talleres de chapa, convocó desde ayer a trabajadores y empresarios a una huelga indefinida por las diferencias económicas que mantienen con una compañía de seguros, la Mutua Madrileña Automovilista, que, tiene aproximadamente al 80% de los vehículos de Madrid en su cartera de clientes. El 95% de los talleres no pegaron ni chapa ayer.

No hay datos globales sobre la repercusión que ha tenido entre los automovilistas accidentados el paro emprendido ayer. Como dato indicativo, la Mutua Pelayo, una compañía con 150.000 vehículos asegurados en Madrid, accedió a informar de que recibe a diario 459 partes de accidentes de automóviles que necesitan reparación en los talleres que mantienen la huelga. Los taxis, uno de los sectores más dañados por eventuales choques, no se verán afectados por esta huelga (que en realidad es un cierre patronal), al estar abiertos los talleres propiedad de la aseguradora Mutua Pelayo y los de la Madrileña de Taxis, sociedades con las que trabajan habitualmente, según Juan Vaquero, de la Federación Sindical de Trabajadores Autónomos.El conflicto entre la Mutua Madrileña Automovilista -que ayer guardó completo silencio- y los chapistas es meramente económico. La aseguradora paga actualmente 2. 100 pesetas por hora de trabajo a los talleres, pero éstos. piden que la tarifa ascienda a 2.600.

Víctor Manuel Pérez AyIlón, dueño de un taller madrileño, explica que la Mutua tiene unas pólizas mucho más baratas que otras aseguradoras. "si un seguro a todo riesgo en Mapfre está por las. 110.000 pesetas, la Mutua los hace por 50.000. Con estos precios, a nosotros no nos pueden pagar más alta la hora de trabajo".

Por otro lado, los talleres no pueden romper sin más con la Mutua: "Tiene una cartera de clientes de un 80% de los asegurados madrileños. Si rompemos, son muchas las reparaciones que perdemos", comenta otro encargado de taller, José María Cuevas. Este trabajador, sin embargo, piensa que "lo de la Mutua es un robo a mano armada". "Viene el perito, que barre para casa al hacer la tasación, y ahí te deja la tarifa: la tomas o la dejas".

Otro motivo de discordia con esta aseguradora son los tiempos de reparación que establece la Mutua: "Son muy cortos para lo que realmente lleva arreglar una pieza", indica Ángel Muñoz, propietario del taller Maiquez, que hace cuatro años desató la guerra por su cuenta y dejó de trabajar con la Mutua Automovilista Madrileña. "Perdí unos 20 clientes a la semana, pero con sus tarifas o no pagaba a los operarios o tenía que hacer chapuzas". Desde el 2 de diciembre y hasta ayer, los talleres han boicoteado a la Mutua, no recibiendo vehículos de esta aseguradora. Ahora han ampliado la presión cerrando a cal y canto, lo que afecta a todas las compañías de seguros, para 11 obligar a que cumplan las tarifas que figuran en los talleres", según explica Julián Huerta, representante de la Comisión Carrocera. Huerta asegura que por ahora no hay salida al conflicto, al negarse a dialogar la compañía de seguros.

La patronal de las compañías de seguros, Unión Española de Entidades Aseguradoras (Unespa), y la Confederación Española de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines han pedido a la Mutua y a los talleres que resuelvan el conflicto, preocupadas por la repercusión de la huelga indefinida "en los usuarios de los talleres". José Cercós, presidente de la comisión de seguros de automóviles de Unespa, señalaba ayer que "la virulencia de los trabajadores contra la Mutua perjudica a otras compañías". El presidente de la Asociación de Empresarios de Talleres de Reparación de Automóviles, José Ignacio Contreras, aseguró ayer que este organismo no apoya ni condena la huelga.

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Los trabajadores de los talleres acudieron en, la mañana de ayer a la sede de la Mutua, en la calle de Almagro, y desde allí se dirigieron a la sede de la Dirección de Seguros, en el paseo de la Castellana. La marcha, que no fue comunicada a la Delegación del Gobierno, provocó numerosas retenciones de tráfico, informa Efe.

Cartel informativo

Hace cuatro años, en julio de 1988, Ángel Muñoz, propietario del taller Máiquez, en la calle del mismo nombre, puso el cartel que se lee en la fotografía superior. La compañía de seguros hizo las gestiones necesarias para que lo retirase, -afirma, pero no pudo. "Es un cartel informativo", dice Ángel, que se considera el banderín de la huelga que se celebra estos días, aunque asegura que en aquel momento no le apoyaron otros talleres.Él tiene sus ideas de cómo resolver el problema de los precios: "Habría que hacertres tarifas: una para los marquistas [talleres - oficiales]; otra, para los talleres, y la tercera, para los tallercitos ". ¿Tallercitos? "Sí, aquellos menos cualificados que en vez de desabollar un golpe lo cubren con masilla, y al primer golpe se cae la aleta", dice. Pese a que entre los usuarios está generalizada la idea de que cualquier reparación es carísima, Ángel Muñoz asegura que de una reparación de 500.000 pesetas, la mitad se va en el coste del recambio y la pintura. "De las 250.000 pesetas, todavía hay que pagar a los trabajadores", señala.

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