_
_
_
_
Reportaje:

Manía persecutoria

Muchos jóvenes se asocian con el único fin de seguir de cerca a sus ídolos del rock

Alaska lleva un tatuaje de Divine en el brazo izquierdo. A Miguel Bosé le han arrancado en ocasiones la camisa a pedazos. El club de seguidores del grupo Héroes del Silencio se formó en el metro. Y el de los Tennessee tiene su sede en Parla. Ninguno de ellos tiene fines lucrativos. Sólo pretenden divertirse y estar más cerca de sus ídolos. Utilizan la correspondencia para contactar y el centro del meollo es, en la mayor parte de los casos, un apartado de Correos.

Formar parte de Fangoria Club te permite conocer ciertos secretos. Los miembros de tan selecta agrupación reciben un fanzine en su domicilio. A través de él pueden obtener información confidencial: "Alaska ha vuelto a caer en las garras de la comida-basura. Hay que sacarla a rastras del Pizza King"..."Nacho no sólo sigue con el culturismo, sino que ahora también hace boxeo y king-boxing "..."Olvido lleva un tatuaje de Divine en el brazo izquierdo"... "Olvido opina que la película Garganta profunda es una obra de arte"... "Nacho ya superó su crisis cinematográfica y se acercó a su sala de proyección preferida" o "Aslaska ha empezado una nueva dieta recomendada por Peret y es un poco afrodisiaca".Fangoria, club de seguidores, lleva seis meses en funcionamiento y ya cuenta con más de cien socios. Con el afán de protagonismo que les caracteriza, Alaska y Nacho Canut, líderes del grupo, presiden su propio club de seguidores. Y la mismísima Alaska asegura que "sólo entran los que son congeniales con nosotros

Para hacerse socio sólo hay que rellenar un cuestionario sobre tus favoritos: grupos, actores, sex simbols, películas, libros, petardas, comidas, etcétera, mandar dos fotografías y pagar 2.000 pesetas al año. Entre los privilegios de los que goza el socio figura recibir, en exclusiva, maquetas, camisetas y postales. El pasado día 31 de octubre, noche de Halloween, Fangoria celebró una fiesta en Morocco, una de las salas comerciales de Alaska en la ciudad para todos sus congeniales; todos vestían y hasta se peinaban como sus ídolos, fundiéndose en un efecto camaleónico en el que seguidores y famosos llegan a parecerse y confundirse.

Contactar con adictos

Nani Guerrero, de 23 años, decidió un día poner una reseña en la revista El Gran Musical, en el apartado Buzón, para contactar con gente adicta a Héroes del Silencio. El anuncio fue acogido favorablemente. y comenzó a recibir tanta correspondencia en su casa que su portero llegó a pensar que era testigo de Jehová.Un día se encontró en el metro a los integrantes del grupo y les interceptó pidiéndoles un autógrafo y charló un poco con ellos. Después de recorrerse gran parte del país siguiendo a su banda, conoció a la representante y surgió la idea de crear un club de seguidores.

Ahora Nani es la presidenta del club de seguidores y dispone de un apartado de correos donde recibe las peticiones y sugerencias de los 500 militantes con los que ya cuenta. Las actividades que tienen en mente poner en curso son muchas; desde organizar viajes hasta sorteos de discos, camisetas, pósters, "incluso a ellos", bromea Nani. La seguidora más joven tiene siete años y la más mayor, 40. "Incluso a mi madre le gusta el grupo", dice Nani, "y a veces viene de la peluquería y me cuenta que ha oído a Héroes en la radio".

Olga Linares, estudiante de 19 años, miembro de tan selecto club, asegura que antes tenía una idea un poco ñoña de los clubes. "Con Héroes del Silencio cambió mi visión del tema", explica. "Me gustó y me apunté. Te enteras de cosas que no salen en los medios informativos".

La mascota de Tennessee

El 90% de los que asisten a sus conciertos son chicas, por eso Gregorio García, de 27 años, guitarra del grupo Tennessee, ha montado su propio club. La sede situada en la localidad madrileña de Parla está en su propia casa y para que todo quede en familia la presidenta es su hermana Meli, de 22 años. Desde allí se distribuye información relativa a la banda a los seis clubes con que cuentan repartidos por España.En una ocasión, una admiradora les regaló un oso que ellos, gentiles caballeros, utilizaron durante mucho tiempo como mascota en algunos conciertos. El guitarra de Tennessee cuenta el caso de una chica que le telefoneaba constantemente. Cuando llegó el gran día de conocerse, al final de una actuación en el Parque de Atracciones, la seguidora no pudo reprimir las lágrimas al encontrarse con su ídolo.

Lo de Miguel Bosé fue diferente. Recibía tal avalancha de cartas que el propio Miguel decidió dar salida a la situación creada constituyendo lo que él mismo ha denominado su club de amigos. El cantante le tiene verdadera fobia a la palabra fans. Se han tirado a su cuello, le han arrancado la camisa y hasta los niños le persiguen. Las hay, incluso, que presas de un ataque de histeria, se tiran de los pelos cuando le ven. En todos los casos, él se comporta como un chico bien educado.

Pertenecer al club de amigos de Miguel te permite asistir en rigurosa exclusiva a los ensayos o recibir información confidencial sobre su discografía, así como participar en un sorteo cuyo premio es un viaje con Miguel en su gira veraniega. Al hijo del torero Dominguín le envían misivas en las que expresan su deseo de tener un hijo con él. Pero el cantante recibe cualquier tipo de proposiciones deshonestas y también alocados mensajes, como el de una seguidora obsesionada con el supuesto interés desmedido del ídolo por su persona. Le pide constantemente que la deje en paz y que deje de incordiarla: "El hecho de ser famoso no te da derecho a molestarme".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_