Abel evitó que la victoria del Oviedo fuese más amplia

MARIO BANGO El vigente campeón de Copa, el Atlético, estuvo en un tris de despedirse de esta nueva edición. El Oviedo jugó por el guión y, de no ser por Abel, habría obtenido una diferencia holgada.

El partido trajo consigo todo el sabor de los duelos entre ambos equipos en las últimas temporadas, en las que el asturiano ganó ampliamente. La racha se había roto el pasado 20 de octubre, cuando el Atlético ganó y rompió año y medio de imbatibilidad del Oviedo en su campo.

Sin embargo, anoche se volvió al libreto antiguo. El Atlético, mejor colocado y más sabio, se encontró con un Oviedo tan entusiasta como cerebral que ahogó con las mismas armas, una presión constante y muy arriba, al equipo de Luis y usó la cabeza en los contraataques.

Así, mientras el cuadro rojiblanco intentó jugar de poder a poder, pudo verse un partido tan movido que rayó en lo frenético. Después, cuando Schuster, que esta vez estuvo muy bien marcado por Berto, vio que no había nada que hacer, el Atlético bajó el pistón y fue más conformista.Fracasaron todas las soluciones ofensivas de Luis: Futre se marchó enseguida lesionado y ni Sabas ni Moya ni Manolo desbordaron nunca a la defensa azul y mucho menos a Jerkan, que despachó uno de sus mejores partidos.El resto de la animación correspondió al Oviedo y a Abel, cuyas salidas a la desesperada desbarataron otros tantos remates de Lacatus (m. 10), Sarriugarte (m. 41), Bango (m. 57), Lacatus (m. 62) y Sarriugarte (m. 82).