El Ejército yugoslavo derriba un helicóptero con 5 observadores de la CE

Cinco observadores de la Comunidad Europea (cuatro italianos y un francés) resultaron muertos ayer al ser derribado su helicóptero en el norte de Croacia tras sufrir el impacto de un misil disparado por un avión del Ejército yugoslavo, aliado de los nacionalistas serbios en la guerra civil que sacude al país balcánico. El alto mando militar asumió la responsabilidad del incidente, que supone una nueva amenaza para el envío de cascos azules a la zona del conflicto, pese a que el último alto el fuego se respeta en términos generales.

Horas después del derribo, la presidencia federal ordenó el cese del jefe de la Fuerza Aérea, general Zvonko Jurjevic. La misión de la CE en Yugoslavia confirmó el derribo del aparato y el ataque a un segundo, que tuvo que efectuar un aterrizaje forzoso, aunque ninguno de sus ocupantes sufrió heridas de gravedad. Sin embargo, no quiso pronunciarse sobre los autores del ataque, en espera de contar con los resultados de una investigación abierta con carácter de urgencia.Italia (país al que pertenecían los dos helicópteros) ha pedido, no obstante, explicaciones a Belgrado, al tiempo que solicitaba un adelanto de la reunión de ministros de Exteriores de la CE que estaba previsto que se celebrase el jueves para tratar precisamente de la situación en Yugoslavia.

Se trata de la primera ocasión, desde el envío, el pasado mes de septiembre, de la misión de observadores comunitarios, en que resulta muerto alguno de sus integrantes. También supone un gravísimo revés para los planes de las Naciones Unidas de desplegar hasta 10.000 cascos azules con objeto de verificar que el alto el fuego se respeta en las tres zonas de máxima tensión bélica y que los cuerpos armados, que actúan en ellas se retiran o se disuelven. Hoy mismo, el Consejo de Seguridad debe estudiar la propuesta del secretario general de la ONU, Butros Ghali, de enviar, con carácter inmediato, una avanzadilla de 50 soldados de la paz.

Las facciones radicales serbias consideran una "claudicación vergonzante" el compromiso alcanzado el 2 de enero en Sarajevo y han advertido que se opondrán con firmeza al despliegue de la fuerza de la ONU.

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