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Uno de cada cuatro trenes de largo recorrido fue cancelado ayer por la huelga de Renfe

El paro de 24 horas de los trabajadores de Renfe en Madrid tuvo repercusiones en toda España. La inactividad en las 75 estaciones de la región obligó a cancelar la salida del 23% de los trenes diurnos de largo recorrido. Muchos viajeros esperaban en vano convoyes que no iban a salir, al mantenerse en los paneles informativos el horario de un día normal. Los servicios mínimos en cercanías se cumplieron íntegramente.

La repercusión de los paros del personal de estación fue muy reducida en los trayectos, de cercanías, al cumplirse los servicios mínimos con normalidad, según la empresa, o porque éstos han sido abusivos, según el portavoz de CC OO, José Serrano. Según Renfe, participaron en el paro el 16,17% del total de los trabajadores, mientras que CC OO señala que el 85% de los trabajadores que no estaban obligados por la carta de servicios mínimos pudo "ejercitar su derecho a la huelga".En el turno de la mañana, entre las seis y las nueve, circularon el 75% de los trenes, excepto en la línea Madrid-Parla, que quedó cubierta en un 50%. Los accesos a Madrid no sufrieron retenciones espectaculares como en otras ocasiones, debido a que ayer todavía no había autobuses escolares. Entre las 14.30 y las 16.30 circularon el 50% de los trenes de cercanías, así como entre las 18.30 y las 21.30. Un viajero indicaba ayer en la estación de Atocha la ironía de que los servicios mínimos faciliten más la ¡da al trabajo que la vuelta a casa.

En Chamartín, 15 unidades quedaron inmovilizadas por averías u otras circunstancias, ajenas a la huelga, según el sindicato convocante del paro.

Los viajeros de algunos convoyes de largo recorrido, cuyo destino no especificó la compañía ferroviaria, fueron trasladados en la madrugada de ayer en autocares hasta estaciones situadas fuera de la región, desde donde partieron los trenes. Los expresos nocturnos salieron a partir de las cero horas de hoy, con retrasos máximos de dos horas.

Más de una decena de viajeros consultados que esperaban tomar trenes con destino fuera de la región de Madrid esperaban confiados, en los vestíbulos de las estaciones, la salida de sus trenes, al pensar que la huelga sólo afectaba a cercanías. Algunos paneles horarios indicaban salidas que no iban a producirse, aunque un portavoz de Renfe dijo desconocer este hecho.

"Queremos ganar lo mismo que el año pasado"

Los 3.500 trabajadores de las estaciones de Madrid reclaman la regulación de los horarios de trabajo -que sólo está pactada en una estación, la de Príncipe Pío, de las 75 que hay en la región-, la rotación de los días de libranza y un complemento de puesto de servicio para el personal de taquillas.Un trabajador de taquillas, en la terminología ferroviaria es un factor. Estos trabajadores, curiosamente, no piden más dinero, sino cobrar lo mismo que hasta hace un año. Los vendedores de billetes ganan, líquidas, unas 15.000 pesetas menos este año que el anterior. No es una pequeñez, teniendo en cuenta que el sueldo base es de 80.000 pesetas, a las que hay que sumar 3.000 por cada cuatro años de antigüedad... Y poco más, pues la prima de 23.000 pesetas por más de 300 billetes vendidos se alcanza trabajando los 31 días de agosto, sin librar ni un día, según relata un trabajador de 33 años y 10 de servicio despachando.

Las 15.000 pesetas retiradas eran el pago en horas extraordinarias del tiempo que los factores exceden de las siete horas y 20 minutos de trabajo fijadas por convenio. Renfe las ha suprimido desde que recibió un informe de la Inspección Provincial de Trabajo que dice que dicho concepto se ha de pagar por complemento al puesto de trabajo. Este complemento es una de las reivindicaciones esgrimidas en el paro de ayer.

Otro factor de Príncipe Pío, de 51 años de edad y 15 en taquilla, señala que cumple turnos en los que tiene que estar a las cinco de la mañana en la taquilla. "A esas horas no hay transporte público, y el taxi me lo tengo que pagar, a no ser que duerma en la estación...".

En época de vacaciones, cuando el personal se reduce y los clientes aumentan, los trabajadores que quedan arreglan rotos y descosidos. Los rotos, trabajando, en ocasiones, hasta dos turnos consecutivos, lo que significa estar de 7.30 a 23.00 delante de la terminal de venta electrónica de billetes. Los descosidos, "haciendo la mitad del trabajo" de los empleados temporales que contrata Renfe en periodos vacacionales. "Reciben un curso de formación de 10 o 15 días, y los billetes de trayectos internacionales u otras tareas más complicadas de lo normal no saben hacerlo", dice un sindicalista.

"La productividad de los trabajadores de Renfe", concluyen algunos empleados, "es de las más altas de Europa después de Francia".

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