Actores

Con el mayor de los respetos, me parecen simples y faltas de rigor las opiniones vertidas en su periódico (editorial y señor Haro TecgIen) intentando trasladar laPasa a la página siguiente

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experiencia rusa y americana a la realidad cultural española.

Los mayores niveles de público, cuatro meses para conseguir una entrada para un concierto de música clásica hacen falta sufrir en muchas de las ciudades del Este. ¿No ha dado Rusia grandes bailarines, coreógrafos, intérpretes de música clásica, autores, etcétera? ¿Cuántos rambos hacen falta para que se dé una buena película de autor en Estados Unidos? ¿Es el gran público americano índice de un pueblo culto en el amplio sentido de la palabra? ¿No habrá un término medio?

El teatro comercial en España entró en crisis mucho antes de la aparición de las subvenciones estatales. La llamada a sobrevivir la han hecho con gran dignidad, a pesar del Estado: Lina Morgan, Concha Velasco, etcétera. La televisión y la falta de nuevas ideas le dieron la puntilla.

Un aire nuevo llegó con la aparición del Teatro Independiente, cuyos protagonistas son hoy, afamados directores y actores de los teatros de vocación pública, cansados probablemente de la falta de medios y miseria de aquellos tiempos. Los pocos que siguieron en el empeño, en Madrid me refiero, Teatro de la Danza, Tartana, Goliardos, etcétera, subsisten hoy con pequeñas ayudas institucionales.

Todos queremos ganar público, las subvenciones deben buscar resultados, al menos a medio plazo; sí, hace falta más dinero, pero mejor gestionado por profesionales de la cultura y no por políticos; el reparto de recursos debe ir acompañado de mayor sentido común, muchas veces cientos millones de pesetas se destinan a actos de una semana de duración. Ustedes mismos, con sus opiniones, hacen un flaco favor en este aspecto. Por ejemplo, no se puede, desde su periódico, criticar "la cultura del relumbrón" y colaborar con sus magnos reportajes a su esplendor.- Roberto Álvarez Ruiz.