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El AVE costará 448.000 millones de pesetas, un 70% más de lo previsto

La línea ferroviaria de alta velocidad construida entre Madrid y Sevilla, la segunda obra de infraestructura de Europa en palabras del presidente del Gobierno, Felipe González, tendrá un coste final superior a los 448.000 millones de pesetas, según datos del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT). Esta cifra supera en más de 186.000 millones, un 70%, la aprobada en el Consejo de Ministros de julio de 1989, que no contemplaba extremos como las expropiaciones, seguridad, impacto ambiental, y que tampoco incluía la inversión en material rodante.

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Las partidas que sirven de base al cálculo han sido examinadas escrupulosamente, y a lo largo de todo un mes, por los técnicos del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT). El secretario general de Infraestructura del ministerio, Emilio Pérez Touriño, explicó el estudio ayer en el Congreso de los Diputados.Según Touriño, si se comparan conceptos homogéneos, es decir, las partidas contempladas en el presupuesto que aprobó el Gobierno en el verano de 1989 -infraestructura viaria- y sin tener en cuenta capítulos como el de estaciones, material rodante y actuaciones comerciales de Renfe, el desvío se limita a un porcentaje máximo del 33%, equivalente a 86.375 millones de pesetas, un desvío, según Touriño, "asumible en este tipo de obras".

Sin embargo, si en los costes totales se incluyen todos los elementos que han supuesto un desembolso por parte de Renfe o por parte del MOPT, las cantidades resultantes se disparan hasta los 448.000 millones de pesetas.

De ese total, unos 348.000 millones corresponden a infraestructura viaria; alrededor de 28.000 millones a remodelación y construcción de estaciones; 66.826 millones a material rodante (trenes y locomotoras de gran potencia) y más de 5.100 millones de pesetas a actuaciones comerciales por parte de Renfe.

En el apartado de material rodante, el cálculo sólo tiene en cuenta los trenes y locomotoras adquiridos a las multinacionales GEC-Alsthom y Siemens que se empleará en la línea de la Alta Velocidad Española (AVE). En suma, 16 trenes de alta velocidad y 15 locomotoras de gran potencia), de un pedido inicial de 24 trenes y 75 locomotoras.

En la comparación entre lo aprobado en Consejo de Ministros en 1989 y lo finalmente invertido llama poderosamente la atención el desvío, al alza, que han experimentado algunas partidas. Así, en la electrificación y señalización de la línea (un contrato que se adjudicó la alemana Siemens), frente a los 60.000 millones de pesetas previstos, ha sido necesario invertir 97.469 millones, lo que supone una desviación de más de 37.000 millones de pesetas, o lo que es lo mismo, un 62,4%.

Contrato de mínimos

Según Pérez Touriño, la desviación en este capítulo -uno de los más delicados desde el punto de vista técnico- se explica porque el contrato firmado con la compañía alemana Siemens "era un contrato de mínimos, en el que faltaban una buena parte de los elementos necesarios para la realización del proyecto".

Esa desviación, según admiten otras fuentes al tanto de las obras, se explica también por las características de la tecnología empleada, desconocida en buena parte para los especialistas españoles en el momento de cerrar el contrato con Siemens. En las otras partidas relevantes, como son las obras entre Getafe y Córdoba y entre Córdoba y Sevilla, los desvíos presupuestarios han sido mucho menores (del 6,23% y del 8% respectivamente).

Las cuentas del tren de alta velocidad o AVE según la denominación española, no variarán sustancialmente de aquí a la entrada en servicio de la línea el próximo 19 de abril, según Pérez Touriño. Pero quedan flecos.

Así, el ministerio y Renfe todavía discuten cuánto ha puesto cada parte en el controvertido proyecto de la alta velocidad. De acuerdo con las últimas estimaciones sobre coste de la infraestructura viaria, sujetas a variación, del total del proyecto, al Ministerio de Obras Públicas le corresponden unos 173.000 millones, 2.000 millones de pesetas menos que a Renfe. Pero las discusiones entre las partes continúan. La exposición de Pérez Touriño, pone un fin teórico a las especulaciones. En Francia, hace dos meses, la presidenta de Renfe, Mercé Sala, cifró la inversión en 400.000 millones y, más recientemente, el ministro José Borrell lo situaba en unos 380.000 millones -no incluía material ni comercialización-.

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