"Una decision poco afortunada"
Los lectores identificados con el carácter de EL PAÍS perciben de inmediato cualquier salida de tono del periódico. Y salida de tono ha resultado la fotografía de Julio Anguita, secretario general del Partido Comunista de España, publicada el pasado día 9 con la información sobre el congreso de los comunistas andaluces.La foto -que provocó una carta de queja al director, publicada al día siguiente, y el enfado de varios lectores- era un retrato del líder político que tenía de fondo un cartelón con un letrero; de éste, el objetivo de la cárnara fotográfica sólo captó una parte, la correspondiente a la palabra apuesta, de la que no se veían las letras a, e y s. En consecuencia, lo que se leía muy destacadamente tras el primer plano de Anguita era un vocablo que se prestaba a ser interpretado como un gesto malintencionado contra el personaje. "Un gesto impropio del periódico y una falta de seriedad", protestaba uno de los lectores que hablaron con el ombudsman.
El subdirector Miguel Ángel Bastenier, que dio el visto bueno para la publicación de la foto, reconoce que se precipitó: "Indudablemente, fue una decisión poco afortunada", dice, "tomada muy a la ligera y sin prestar la suficiente atención al tema". Añade más: "El que no implicara una decisión deliberada de causar ofensa no basta como explicación. Fue un descuido grave, del que me responsabilizo enteramente".
Por su parte, el propio director del periódico ofreció de inmediato sus disculpas a Carlos Carnero, responsable de comunicación del PCE, firmante de la mencionada carta publicada.
EL PAÍS se ha dado a sí mismo un conjunto de normas que definen su condición de diario independiente, veraz, pluralista y de gran calidad. Estos principios, núcleo de un estilo propio presidido por el -rigor y la seriedad, obligan a desterrar de sus páginas oscuros propósitos, segundas intenciones, mensajes subliminales..., o muestras de dudoso gusto. En este caso, una resolución apenas meditada, como viene a admitir Bastenier, dio por resultado algo que claramente desentonaba con el espíritu de EL PAÍS.
No se pretendió dafiar la imagen de Julio Anguita, aunque el resultado pareciera hiriente y contrario a un precepto implícito en las normas que rigen el diario.
Sólo 'relacionada'
"Los titulares responden fielmente a la información", reza el Libro de estilo de EL PAÍS. No siempre resulta así. Éste es el caso de la noticia sobre unas empresas de las que se decía que estaban "implicadas en la compra de facturas en el fraude del IVA", publicada el pasado 30 de noviembre.
El director de información y relaciones exteriores de Alcatel, una de las empresas mencionadas, acude al defensor de los lectores porque considera que de la información "no se desprende semejante implicación". El texto, en efecto, decía que Ia empresa Alcatel Standard Eléctrica mantenía relaciones comerciales con una de las empresas que han aparecido implicadas en la red de fraude investigada por el Juzgado de Delitos Monetarios de la Audiencia Nacional".
El redactor jefe Andreu Missé explica que aquel titular quería sintetizar el contenido de la información que relataba las vinculaciones de algunas empresas con la compra de facturas falsas. "Cuando tuvimos en nuestro poder dos fotocopias (factura y recibo)", cuenta Missé, "de un pago efectuado por Alcatel a Inmobiliaria Villargosa -sociedad dedicada a la fabricación de facturas falsas que eran adquiridas por otras empresas para reducir sus pagos por IVA, según distintas fuentes oficiales-, preguntamos a Alcatel su opinión al respecto. Esta firma confirmó haber efectuado una operación con Villargosa por una cantidad similar el ejercicio anterior, e incluso nos remitió un fax en el que pudimos comprobar que coincidía con el NIF".
En una nota facilitada por Alcatel se especifica que "la operación comercial a la que hace referencia el artículo, única mantenida con la empresa citada en el mismo, corresponde al pago de servicios por gestiones y asesoramiento en la venta de terrenos propiedad de la compañía".
Hubo, pues, una relación entre Alcatel y Villargosa, como decía el texto informativo; pero mantener relaciones no equivale a estar implicado, como se decía en el titular. Implicar significa envolver, enredar. No era éste el caso.
El teléfono directo del Ombudsman es el 304 28 48.
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