Fermín López niega influencias políticas en el crédito de 6.200 millones de la Caja Postal a Uribitarte, SA

Fermín López Gómez, militante socialista, ha negado cualquier influencia política en la concesión de créditos por valor de 6.200 millones de pesetas por parte de la entidad pública Caja Postal a Uribitarte, SA, empresa de la que López es consultor. El administrador de Uribitarte, sociedad que quebró hace dos meses, es Salvador Marín, empleado de Miguel Escudero, presunto cerebro del fraude del IVA. Fermin López, en una extensa declaración por escrito al diario Cinco Días, desvela su versión del mayor escándalo inmobiliario-político-financiero del País Vasco, que estima que "ha sido magnificado.

López, intermediario en ventas de locales de Uribitarte y en otras operaciones de la empresa, explica: "Se ha escrito con notable desparpajo que los créditos han sido fruto de la amistad y la coincidencia política entre el consejero delegado de la Caja Postal y yo. Para nadie es desconocido que las operaciones financieras de esta dimensión en ninguna entidad las decide una sola persona, por más que lleve la dirección ejecutiva, sino que es competencia del consejo de administración". Baltasar Aymerich era consejero delegado de Caja Postal en 1990, en el momento de la concesión de los créditos.Fermín López considera que el caso "se magnifica de una manera notable". Y se refiere a distintos motivos que le han dado relevancia, en especial a una posible lectura política, en la que estarían implicados distintos cargos del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE), partido en el que él mismo milita. Lopez niega tal posibilidad, y objeta que "el convenio del Ayuntamiento y Uribitarte, SA lo firmó el alcalde, que no era a la sazón precisamente socialista, sino del PNV, y lo hizo además con el previo acuerdo, sin un solo voto en contra, del pleno de la corporación".

El proyecto Uribitarte constituye la promoción inmobiliaria más importante de Bilbao y la quinta de España, y debía permitir "que Bilbao sea un día la capital de la región euroatlántica que se pretende", según López. El proyecto lo puso en marcha en 1988 Miguel Escudero, al adquirir a través de Sodeco el viejo edificio de aduanas de Bilbao por 600 millones de pesetas. Escudero constituyó la sociedad Uribitarte, SA, de la que nombró administrador a Salvador Marín, encarcelado en relación con el fraude del IVA. Actualmente, Uribitarte ha quebrado, y una auditoria estima que el proyecto final arrojará unas pérdidas de 6.000 millones de pesetas.

En pocos meses afluyeron importantes compradores que adquirieron buena parte del edificio. "El resultado es que, antes de terminarse la estructura, estaba vendido el 75% de los locales y oficinas y el 82% de las plazas de garaje. A pesar de que aparentemente todo marchaba sobre ruedas, algo debía de fallar en la promoción cuando, a finales del pasado mes de agosto, se hace público que Uribitarte no atiende al pago de las letras libradas por Dragados y Construcciones", explica López.

Fermín López prosigue: "A pesar de la carencia casi absoluta de documentos -desaparecieron casi todos-, los auditores adelantan un desfase patrimonial de 5.703 millones, necesarios para terminar la obra. Apuntan igualmente que una de las causas puede deberse a la mala gestión de Uribitarte, SA, reflejada en la desviación de fondos destinados a ese proyecto hacia otros generados por otras compañías del grupo o por ella misma".

Quiebra de la inmobiliaria

La sociedad inglesa Baltic Trust, PLC promovió la quiebra de Urabitarte, tras la que fueron detenidos Miguel Escudero [en Londres] y Salvador Marín, este último "con la acusación de ser partícipe en el famoso caso de las facturas falsas de IVA".

En cuanto a las relaciones entre Uribitarte, SA y la empresa consultora de Fermín López, éste destaca que Ias relaciones contractuales entre ambos se basan en los honorarios legalmente establecidos por el colegio correspondiente; esto es: el 3% del precio de la venta, que se abonaría una parte en acciones y otra en efectivo. ( ... ) Transitoriamente, y con anterioridad a las irregularides que ahora se investigan, nos correspondió formar parte del consejo de administración, que abandonamos en 1990".

Fermín López se muestra sorprendido de haber salido con tanta frecuencia en los medios de comunicación, y lo atribuye al objetivo de "crear una cortina de humo que distraiga la atención, para que el Interés no se dirija a los aspectos graves del caso, que finalmente han salido a la luz".