La movida madrileña

Salgo en Madrid un sábado por la noche y paro en un conocido local madrileño. A la entrada, varios porteros de noche examinan meticulosamente que mi aspecto está acorde con la categoría del local. O, al menos, con sus exorbitantes precios.Dentro, la media de edad es de unos 20 años. A pesar de su juventud, la mayoría de los clientes vienen bien motorizados; en la puerta son necesarios dos aparcacoches que llenan la calle de vehículos en segunda fila. El ambiente es agradable; los mancebos, de americana, exhiben su vaso de whisky de importación y comentan, con aires bogartianos y acento arrastrado, la movida del lugar.

De repente, por razones que aún desconocemos, uno de mis amigos es llevado en volandas por tres gorilas de chaqueta, barras, puños americanos y demás parafernalia. Finalmente es golpeado. Modales exquisitos. Salgo cortésmente a ofrecer mi ayuda para deshacer el malentendido y uno de ellos me agarra por el cuello y me comenta las ganas "de repartir" que tiene. La policía, a la que aviso, resta importancia al asunto, me desanima a denunciar el abuso y la intimidación, y se va indiferente.

¿Es la chulería, el clasismo, la discriminación y el abuso de poder lo que caracteriza la tan renombrada movida madrileña? ¿Vivimos la ley del más fuerte los sábados por la noche? Prefiero pensar que el sentido común, la dignidad personal y la denuncia que voy a presentar contra estos señores ayude a un ambiente más sano.-