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'Lista Robinson'

La asociación de anunciantes de marketing propone crear la lista Robinson, donde se podrían apuntar los ciudadanos que no quieran recibir publicidad por correo.En realidad, no parece ser especialmente molesto recibir publicidad por correo, e incluso quizá produzca efectos psicológicos positivos. Las cartas publicitarias consuelan a quieries se sienten traumatizados si abren el buzón y está vacío. Y además sugieren suntuosas calidades de vida, dan a conocer sofisticados artilugios a pilas de cuya existencia el común de las gentes no tenía ni la menor idea.

Este tipo de publicidad selecciona los destinatarios según sus gustos y posibilidades, aunque a veces falla. Un servidor (sin ir más lejos) lleva meses recibiendo ofertas sorprendentes. Por ejemplo: " ¡Los ejecutivos han de mantenerse siempre en forma! Con el set Mulactiv podrá tener un gimnasio en su domicilio...", o "¡Sus hijos tendrán también raza de ejecutivo! Si los envía a estudiar al Choring School, de Iowa (Estados Unidos). Lujosas instalaciones, aprobado seguro...", o "¡Este chalé exclusivo para ejecutivos puede ser suyo! 850 metros cuadrados, piscina olímpica, alto standing, 100 millones... ". Sospecho que han trastocado los datos de Mario Conde y los míos. Mario Conde estará extrañadísimo de recibir una publicidad que dice: "Se cambian cremalleras, se dan vueltas a los trajes, se zurcen pantalones... ".

Lo que de verdad importa, sin embargo, es saber por qué determinados anunciantes disponen de esos datos peráonales que los ciudadanos se ven obligados a declarar cuando piden créditos, financian la compra del coche, matriculan a los chavales en el colegio o cumplimentan el padrón. A lo mejor, en vez de apuntarse a la lista Robinson, lo que corresponde es presentar una denuncia en el juzgado de guardia.

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