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Los presos fugados de Huesca burlan el cerco de la Guardia Civil y ahora son buscados en Barcelona

Los dos presos que huyeron el viernes pasado de la cárcel de Huesca en el coche del director, con dos funcionarios como rehenes, prosiguieron ayer su alocada huida. En la misma, los reclusos, considerados muy peligrosos y con condenas superiores a los 25 años, acuchillaron a un vecino de la localidad tarraconense de Montbrió, al que intentaron robarle el coche. Previamente, habían dejado en libertad a los dos rehenes en una masía. Los fugados también hirieron con un estilete al jefe de servicio del penal oscense durante el motín. Fuentes del Gobierno Civil de Barcelona informaron anoche que los reclusos habían llegado a la capital catalana tras secuestrar a un vecino en Salou (Tarragona) y robarle el coche.

Los dos presidiarios, Jesús Castillo Jurado, de 38 años, y Carlos Manuel Estévez García, de 28, abandonaron la prisión de Huesca a las 22. 15 horas del viernes con dos funcionarios como rehenes y emprendieron la huida hacia la provincia de Tarragona, en donde se les perdió la pista. Numerosos efectivos de la Guardia Civil controlaron durante todo el día de ayer las carreteras sin resultado.El vehículo, seguido por coches policiales camuflados, salió a gran velocidad de Huesca por la N-240 en dirección a Lérida, sin que fuera detenido en el primer control, a unos 300 metros de la cárcel. Pasadas las dos de la madrugada del sábado, los fugados dejaron en libertad, sanos y salvos, a los dos rehenes. José Luis G. L. y Jesús O. L, fueron abandonados en una masía de Les Borges del Camp, en Tarragona, a unos 200 kilómetros de Huesca.Pinchazo

Los funcionarios llamaron al timbre de la casa pero sus propietarios, temerosos de que pudieran ser atracadores, no quisieron abrirles. "Somos funcionarios y hemos sido secuestrados", dijeron a la propietaria de la masia. Ante la indecisión de ésta, los funcionarios le pidieron que llamara a la policía. Así lo hizo la mujer y cinco minutos más tarde se presentó el coche patrulla.

Mientras tanto, los presos se habían dirigido a Montbrió, donde intentaron hacerse con otro vehículo, ya que el Peugeot 505 en que viajaban, propiedad del director de la prisión, había pinchado. Los reclusos quisieron arrebatar el coche a un vecino, José Gómez Fernández, pero al oponer éste resistencia, desistieron de ello después de herirle en el esternos. Trasladado al hospital de Sant Joan, de Reus, el herido fue intervenido quirúrgicamente y su estado evolucionaba ayer favorablemente.

Los delincuentes prosiguieron su fuga en el vehículo que conducían, aun teniendo la rueda pinchada. Ni los dos reclusos ni el coche habían sido localizados al cierre de esta edición, pese a que la Guardia Civil había instalado numerosos controles en las carreteras de Tarragona y Barcelona.

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Ayer por la tardeja Agrupación del Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias (AICAP) anuncié la convocatoria de paros parciales para hoy y manaña. La AICAP considera un grave precedente el que se permitiera la fuga de los de presos con dos funcionarios como rehenes, porque supuso un grave riesgo tanto para ellos como para otros ciudadanos. La fuga fue permitida después de cinco horas de gran tensión. El motín se había iniciado con el secuestro del jefe de servicio, seis funcionarios y un maestro de la prisión. Al tratar de impedir el amotinamiento, el jefe de servicio de la cárcel, José Sanz, de 44 años, fue acuchillado en la cara y el cuello.

A las 18.45 los reclusos liberaron al maestro secuestrado para que mediara y explicara las condiciones para poner fin al motín. El resto de rehenes, a quienes amenazaban con lanzarles al vacío si no eran atendidas sus peticiones, permanecieron atados de pies y manos en la terraza de la tercera planta del centro. Los dos internos amotinados exigieron que se les facilitara la huida. Finalmente, tras tensas negociaciones, el director del penal, José Otal, y el gobernador civil de Huesca, Vicente Valero, accedieron.

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