El obispo Setién publica una pastoral sobre la violencia armada sin citar a ETA

El obispo de San Sebastián, José María Setién ha analizado en una pastoral que presentó ayer el conflicto de la violencia en Euskadi sin hacer ninguna mención en el texto ni a ETA ni a la palabra terrorismo. La realidad que se desprende del análisis realizado por el Consejo Pastoral Díocesano es que existen en el País Vasco tres tipos de conflictos: político, socio-económico y lingüístico. La carta se centra en el primero, el llamado "problema vasco" y "la consiguiente existencia de la violencia armada".

Setién entiende por "violencia armada." el uso ilegítimo de las armas, no refiriéndose a unas acciones determinadas, sino al uso de éstas en cualquier acción en que su empleo sea ilegítimo.En la pastoral, el obispo hace un llamamiento al ejercicio de la prudencia política para superar el conflicto violento. Esta tarea, según Setién corresponde a los políticos, que son quienes están legitimados por la designación pública. El obispo se dirige a todos aquellos que emplean la fuerza armada y les dice que han someter a una crítica en profundidad su actuación en el caso de que estén convencidos de que su actividad está legitima da, desde los principios de la libertad de los pueblos, de los derechos humanos, del logro de un futuro bienestar y progreso para el pueblo vasco.

Cree Setién que para mejorar la convivencia y conseguir la pacificación en el País Vasco es necesario, el cese de la violencia armada y el acercamiento democrático de las partes enfrentadas. Aboga porque sean los cauces institucionales los que definan por medio de las leyes y las normas si son respetados o no los derechos humanos.

Posiciones en conflicto

El obispo donostiarra asegura que "la represión" de las acciones delictivas o violentas puede ser también en sí misma delictiva y violenta.Setién agrega en la pastoral que el pueblo vasco se halla ante la ineludible necesidad de buscar una salida ante dos posiciones en conflicto: La de quienes aceptan la legitimidad del funcionamiento de las instituciones político-administrativas existentes, y la de aquellos otros que las niegan, sintiéndose por ello, legitimados para el recurso a las acciones armadas.