La 'clásica', en el desván
Como amante de la música clásica (además de las otras), esperaba el suplemento Babelia como agua de mayo, pues ahora estoy obligada a recurrir a las pocas revistas especializadas que existen, tanto extranjeras como nacionales, las cuales son bastante flojs. La presencia de Félix de Azúa en el primer número de Babelia me hizo concebir locas esperanzas, pues Azúa no sólo es un espléndido escritor, sino también un crítico musical exquisito.Pasa a la página siguiente
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Una decepción: una glosilla suya de un disco en el primer número del suplemento, un segundo artículo dedicado al manoseado Amadeus y... mi gozo en un pozo. La clásica sigue estando en el desván, con media página dedicada a la crítica, a 15 líneas por disco, y algún artículo de fondo de menor cuantía, y desaparecidos monstruos de la crítica del género como el propio Azúa, Javier Pérez Sáenz, que lo sabe toooodo sobre ópera, o Pablo Yzquierdo, inmejorable en una amplia gama que va del renacentismo al barroco y del clasicismo al prerromanticismo... Si la cosa sigue así, mi gozo en un pozo, ya digo, y a seguir comprando en los VIPS revistas especializadas y aprescindir de Babelia. Y bien que lo siento, en espera de que los clamores de los aficionados a la clásica sean escuchados.
No sé cuál es la política de su suplemento, pero no veo gran mejoría en la cenicienta clásica -hoy en auge, sin embargo-, ni en Libros ni En cartel, que eran mejores y más completos antes. Y si EL PAÍS, que presume de tener un lector cuto, no se moja les derriéres por la música clásica, no sé quién lo va hacer.- Mercedes P. Ynsa.
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