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La Junta de Fuencarral cierra una exposición por ser "irreverente"

Virginia Mestre, directora de los centros culturales de la Junta Municipal de Fuencarral-El Pardo, considera que "todo lo que hiere la sensibilidad del público no es arte". Por eso decidió el viernes pasado clausurar una exposición de un grupo de artistas denominado El Molino de Viento. Mestre, que no vio la obra que se iba a exponer hasta pocas horas antes de la inauguración, asegura que, por falta de coordinación, no todos los artistas de los 15 que exponían recibieron una consigna de la Junta: nada de temas sexuales, morales o políticos.

Mon Aranda y otros 14 artistas de Madrid, muchos de ellos estudiantes de Bellas Artes, asistieron el viernes al Centro Cívico de La Vaguada, dependiente del Ayuntamiento, para inaugurar la exposición de sus obras. Allí se encontraron con el cartel de "Aplazado hasta el 10 de enero".Mestre, abogada de 24 años, decidió clausurar la inauguración por considerar "irreverentes algunas de las obras", según indicó ayer. Añadió: "Mañana lo volvería a hacer".

Antes del viernes ya les advirtió a los artistas sobre el contenido de sus obras. Los artistas, para salvar la exposición, retiraron unas piezas en las que figuraban crucifijos. Una vez que decidieron no abrir la muestra, Mestre y Pedro José Delfa, el director del Centro Cívico de La Vaguada, hicieron una oferta a los artistas. Éstos se negaron, ya que se trataba de poder exhibir sus obras más adelante, pero con la censura previa de no poder tocar temas morales-religiosos, políticos o sexuales.

"¿Qué queda del arte si se excluye esto?". Mestre responde: "Por supuesto que no vamos a volver a las marinas, pero esto es un espacio público en el que hay unas directrices". En cuanto a los temas políticos, es tajante: "La cultura no tiene por qué estar marcada por la política".

La Junta de Fuencarral ofreció hace dos semanas hacer la muestra al grupo de artistas, que se hace llamar El Molino de Viento por compartir un taller en la calle del mismo nombre. "Les hacíamos un favor", explica una de las artistas, Estrella Aguado, "porque les había fallado otra exposición y tenían que cubrir el hueco de aIguna forma". Un coordinador actuó de intermediario entre los artistas y la junta. El coordinador recibió las directrices, pero, según Mestre, no pudo transmitírselas a todos por ser 15 los artistas".

Un par de días antes de la inauguración, acudió a ver la obra un crítico de arte de un diario madrileño y alertó a Mestre y a Pedro José Delfa de que la obra era "escabrosa" y que podría traer problemas por haber en el centro cívico un centro para la tercera edad, según afirman los artistas.

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Juan Botella, otro de los participantes, desglosa el contenido de las obras consideradas irreverentes: "Había una escultura hecha de alambre" que la directora de los cinco centros culturales de Fuencarral interpretaba como "un hombre masturbándose". La madre de Mon, María Concepción Estévez, de 52 años, considera: "Esta mujer ha de tener la mente retorcida para verlo". Otra de las obras era un cartel de un anuncio publicitario de "hace más de 30 años", según Botella, en el que aparece un Nazareno y una marca de anís. "Ni siquiera era una manipulación sino el original sobre un fondo de color", afirma otro de sus colegas. El Molino de Viento hace notar que Mestre no reparó ni tachó de obscena una pieza en la que aparecía una mujer maniatada.

Concepción Estévez dice que ella, aun siendo "católica", no ha visto nada "ofensivo" en las obras. Con sorna, Estévez afirma: "A esta mujer [Mestre] yo le regalaría una caja de membrillo de Puente Genil, de esas en las que aparece La Macarena".

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