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Los jueces quieren aunar criterios sobre los registros domiciliarios

Muchos policías tienen por costumbre solicitar permisos de registro domiciliario a los jueces más proclives a concederlos y esperan a que les toque el turno de guardia para ir al juzgado, según informaron ayer fuentes judiciales. Por este motivo, un grupo de magistrados de Madrid está intentando que la Junta de Jueces de Instrucción se pronuncie al respecto y fije unos criterios. Sin embargo, la falta de quórum por inasistencia de jueces que se ha producido este año en la mayoría de las reuniones ha impedido hasta ahora un pronunciamiento oficial.

Los jueces consultados abogan porque, salvo los registros realmente urgentes, el resto sean remitidos al decanato para su posterior reparto, tal como ocurre con los demás asuntos."Hay policías", argumentan las fuentes informantes, "que esperan premeditadamente a que le toque el turno de guardia a un juez en concreto porque saben que es más proclive a autorizar las entradas en domicilios".

Un magistrado señaló ayer, advirtiendo sobre el peligro que pueden acarrear la arbitrariedad al firmar un registro: "A mí se me ha dado el caso de un policía que, a pesar de que reconocía que difícilmente iba a encontrar droga, me pidió permiso para entrar a un domicilio; evidentemente, denegué la autorización".

Según estas fuentes, en una reciente reunión de jueces de instrucción "un magistrado confesó que le habían llegado 39 solicitudes policiales para entrar en domicilios".

"Ahora mismo cada juez hace lo que cree más conveniente: hay un grupo que se limita a concederlas o denegarlas, según su criterio, sin enviar nada al decanato para reparto, y otro que, salvo los casos urgentes, que se deben revolver inmediatamente, envía todo lo demás al decanato".

Ocho reuniones sin quórum

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Los intentos de algunos magistrados por regular esta situación y evitar la picaresca policial en materia de registros, aseguran están chocando con la inoperancia de la Junta de Jueces de Instrucción de Madrid, que este año sólo ha conseguido quórum suficiente en cuatro de las 12 reuniones que ha mantenido. De hecho, un 70% de las reuniones no han servido para nada, "en todos los casos por falta de quórum", dicen.

Este periódico intentó ayer dialogar sobre esta cuestión, sin éxito, con el decano de los jueces madrileños, Antonio García Paredes.

A pesar de que la mayoría de las reuniones a las que han sido convocados los jueces de instrucción y menores de Madrid (en total hay alrededor de 50) no han contado con quórum suficiente, el pasado mes de octubre, paradójicamente, los jueces sí se reunieron en número suficiente y elaboraron un documento de rechazo a la denominada ley Corcuera.

"No quiere decir que no haya cierto consenso entre nosotros respecto a determinados temas, lo que ocurre es que la mayoría de las veces no hemos podido aprobar nada porque no logramos reunirnos la mitad más uno, como es preceptivo". La alta tasa de inasistencia se debe, opinan fuentes judiciales distintas de las anteriores, se debe "al exceso de trabajo que tenemos que soportar en los juzgados, fundamentalmente". Otros jueces comparten esta motivación, pero añaden algunas razones más: "Algunos no asisten por simple vagancia". "Ha habido veces que hemos tenido que llamar por teléfono a varios jueces para que bajaran a la junta con objeto de conseguir reunir la mitad más uno y poder aprobar algún asunto urgente".

Se da la circunstancia de que otra de las pocas veces en las que sí se logró reunir a los suficientes magistrados fue el pasado mes de junio, cuando, por mayoría, censuraron parte del contenido de la memoria judicial correspondiente al año 1989.

Las fuentes informantes lamentan que un tema tan social como, por ejemplo, el de los trasplantes de órganos (sobre el que, no obstante, en la actualidad existe un consenso tácito) no cuente aún con un claro respaldo oficial de la junta.

"La Comunidad ha solicitado reiteradamente a la Junta, para facilitar la donaciones y evitar problemas a los familiares, que los jueces no exijan hacer la autopsia a los donantes que mueran en accidente de tráfico; pues bien, cada vez que se ha expuesto este tema, nunca ha habido quórum. Se ha convertido en un asunto maldito".

Los jueces se quejan también, en general, de que apenas disponen de medios y personal suficientes que permitan descuidar las tareas internas del juzgado y poder acompañar a los policías en los registros domiciliarios con objeto de velar por la legalidad.

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