3.000 gitanos evangelistas protestan en Madrid contra la droga
"¡Drogas y racismo no, trabajo sí!". Tío Carlos Heredia, anciano de respeto, se desgañitaba al frente de la delegación de Getafe, con la mano levantada como si prometiera solemnemente. 3.000 gitanos de toda España, feligreses de la Iglesia Evangélica de Filadelfia, se manifestaron ayer en Madrid, entre los ministerios de Trabajo y Asuntos Sociales, para, entre cánticos y oraciones, protestar contra las drogas y el racismo y pedir trabajo para los gitanos : "No queremos traficar con tó eso. La jeringa es invento del demonio". Según datos de la UGT, alrededor del 70% de los gitanos españoles pertenecen a la Iglesia Evangélica de Filadelfia.En cabeza, un remolque con un guitarrista, y varios cantaores y palmeros entre dos potentes altavoces. Detrás, los pastores de las distintas congregaciones, sosteniendo con ceño adusto una pancarta primorosamente ilustrada: "Los gitanos cristianos de España contra el tráfico de drogas y el racismo. Por el trabajo y la venta ambulante. Medidas sociales, ya". Tras recorrer los escasos centenares de metros que separan las sedes madrileñas de los ministerios de Asuntos Sociales y de Trabajo, Francisco Escudero, secretario de la Iglesia Evangélica Filadelfia, sustituyó al cantaor en el microfono.
"El señor Vera, secretario de Estado para la Seguridad, nos ha colgado el sambenito de traficantes y debe retractarse. Somos un pueblo de paz y estas declaraciones no ayudan a la pacífica convivencia. Denunciamos el racismo maquillado de estas palabras y los sentimientos bajos que alimentan", proclamó. ¡Amen!, respondió la multitud.
"Los gitanos no tenemos patriarcas, tenemos al Rey de España. Estamos en contra de las drogas, pero no es nuestra competencia tomar la justicia por nuestra mano, para eso está el Gobierno y los jueces", añadió Escudero. ¡Aleluya!, corroboraron los congregados.
Tras la ración mística, el hermano José Jiménez, coordinador general de la Comisión Laboral Gitana de la UGT, tomó el micrófono y bajó al ámbito terreno. "Queremos escolarización plena de nuestros niños, formación profesional para nuestros jóvenes y puestos de trabajo para los adultos. La Administración ha incumplido los planes de erradicación del chabolismo. Pedimos una vivienda digna", dijo Jiménez, que pidió la tipificación del racismo como delito en el nuevo Código Penal.
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