_
_
_
_

Las cosechas del desierto

Nadie marca la tendencia. Las bolsas europeas no son un indicador fiable dado su comportamiento anodino. Pero aparece subrepticiamente la componente pícara de los negocios financieros, filtrándose por los poros de una fina membrana sobre la que se constituye a diario la formación del precio en un mercado. Hoy por hoy es posible marcar cambio con muy poco dinero: una paradoja, ya que en un mercado sin liquidez eso parece imposible; pero al fin y al cabo es el mecanismo por el que se producen subidas espectaculares en valores muy castigados y de escasísimo margen de contratación. La falta de liquidez se convierte así en fuente de jugosas plusvalías. Del desierto salen las mejores cosechas.En medios profesionales se ha recibido con animación la aparición definitiva de una sociedad de calificación capaz de asesorar sobre la bondad de las emisiones de papel. La participación del grupo financiero público es la única pega para quienes aseguran que calificando y emitiendo se hace de arte y parte. Salvando esta consideración, es una muestra de mayor madurez si su control se incluye en las atribuciones de la nueva figura del defensor del inversor.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_