Mil vecinos acuden al festival contra el racismo en Villaverde

Sólo 1.000 personas -y no 5.000, como esperaba la organización- acudieron a la cita del festival contra la xenofobia y el racismo convocado por la Asamblea Cívica de Villaverde, en el parque de la Ciudad de los Ángeles, al sur de Madrid. Luis Eduardo Aute, Luis Pastor, Pablo Guerrero y el grupo africano Bancwala cantaron durante casi dos horas "por la tolerancia y la convivencia pacíficas", lema del festival, ante vecinos y políticos de izquierda, en Villaverde, en el mismo distrito donde la oposición vecinal ha bloqueado el realojamiento de gitanos en la zona.

"Un racista es un fascista". "... Y un drogadicto, un enfermo". "Vale". "Pues eso". Blasillo y su compañero dialogaban así, desde la pegatina del humorista Forges, sobre las zamarras de los asistentes al festival. Había treintañeros rojillos que se movían con la música africana y escuchaban con atención a los cantautores, vecinos concienciados, jovencitos que pedían autógrafos y amas de casa que pasaban por allí, por el parque de la Ciudad de los Ángeles.La actriz Claudia Gravi y el representante artístico Omar Butler presentaron el acto, organizado por la Asamblea Cívica de Villaverde -en la que se integran militantes de Izquierda Unida-, la Coordinadora de Organizaciones Culturales de Madrid y la Plataforma de Profesionales por la Paz. Treinta colectivos ciudadanos, 14 profesores de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid y una veintena de gentes del mundo de la cultura apoyaron el festival.

Pablo Guerrero se estrenó a las 12.30 con Tiene que llover, bajo el "sol solidario de Villaverde", como repetía Juan Manuel López, de la Asamblea Cívica del distrito. El vallecano Luis Pastor le siguió, y Luis Eduardo Aute dedicó una de sus canciones a los "traficantes de verdad, a los beautiful, que no son beautiful ni nada". "Mercaderes, traficantes, no rozan ni un instante la belleza", cantaba Aute. Antes decía: "Los ciudadanos pueden expresar sus temores ante la droga, pero no se pueden tomar la justicia por su mano".

Por allí pululaban políticos de IU: la senadora Isabel Vilallonga, los concejales del Ayuntamiento de Madrid Begoña San José, Marisa Castro y Francisco Herrera, entre otros. Y también Prisciliano Castro, presidente de la Federación Regional de Asoclaciones de Vecinos. Y el tío Carlos, de Presencia Gitana, que estaba encantado, pero pedía que vinieran "las autoridades para apoyar".

El acto -en el que se leyó un manifiesto en el que se pide a la opinión pública, a los movimientos ciudadanos y a la Administración acciones contra la intransigencia frente a los gitanos y los extranjeros- concluyó con los ritmos del grupo Bancwala. La gente se empezó a mover. Al final, los africanos entrelazaron sus manos con los cantautores, y una frase, desde el estrado, selló la mañana: "A por ellos, que son dos y huyen".