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El feudo de los Marcos se vuelca con Imelda

Juan Jesús Aznárez

"¡Qué bien huele!, ¡Es tan guapa!". Imelda Marcos repartió encanto y fragancia entre los miles de filipinos que ayer la prensaron de nuevo, con zarpazos y empujones de cariño, en la ciudad de Batac, a 300 kilómetros e Manila. Anegada en llanto desde la conclusión de un exilio de casi seis años, lloró también junto al mausoleo que alberga el cuerpo de la madre de su difundo esposo, Ferdinand Marcos. La familia de Josefa Marcos decidió no darle sepultura en tanto a presidenta Corazón Aquino mantenga su negativa a permitir que los restos del dictador fallecido sean inhumados en Manila.

En su segunda jornada en Filipinas, la ex primera dama, con estola de luto, visitó la provincia de llocos Norte bajo estrechas medidas de seguridad, fuerte escolta policial y el entusiasmo de miles de incondicionales. En esta región, donde la oposición a la familia Marcos fue barrida en pasadas elecciones, Imelda parece decidida a trabajar por recuperar la influencia política perdida durante los años de exilio. Pese a su afirmación de que no piensa presentar su candidatura en las elecciones presidenciales de mayo próximo, varios comentaristas locales consideran que es muy posible que lo haga si Corazón Aquino decide intentar un segundo mandato.La mayoría coincide en que las cuentas corrientes de Imelda Marcos participarán en la carrera por la jefatura del Gobierno, bien sea comprando un político a su medida o influyendo en la campaña con periodistas a sueldo.

El calor demostrado por sus leales en el aeropuerto de Manila se repitió ayer en su recorrido por Batac, donde arengó con éxito a una concentración de 3.000 campesinos y estudiantes, y otras seis localidades.

La prensa de Manila sostiene un agrio debate en torno al regreso de quien ha suscitado durante 26 años entusiasmo o animadversión, pero nunca indiferencia. El Daly Inquirer decía ayer: "La estrella del espectáculo ha llegado. Puede comenzar la función circense". Mientras tanto, se esperaba la preceptiva orden de arresto en el proceso que se sigue contra Imelda, Una fianza de poco más de 6.000 dólares, pagada ayer, fue suficiente para evitar la detención.

La bella filipina que quiso ser tratada como un jefe de Estado en su tiempos de embajadora volante viaja mañana a la isla de Leyte, donde nació necesitada y humilde. En una de las más logradas encarnaciones de Cenicienta, Imelda es rica y todavía hermosa, no sufre problemas de liquidez y siempre sentó un pobre a su mesa. La caravana que le acompañó de Honolulú a Filipinas se desplaza mañana a las áreas asoladas por el volcán Pinatubo. El hada madrina de muchos filipinos transporta en sus alforjas arroz, medicinas y 50 médicos norteamericanos y filipinos. Relatan los misioneros en sus crónicas de Indias que los filipinos, contrariamente a los chinos, fueron convertidos al cristianismo con facilidad. Poco hará falta para que los tristes refugiados del centro de Luzón asistan a las catequesis de Imelda y prometan fidelidad a su credo.

Entre visita y visita, la ex primera dama y su séquito de más de 200 personas pernoctarán en el hotel Plaza de Manila, cuyo undécimo piso está tomado por 13 escoltas norteamericanos.

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