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El más célebre animador de la RAI-1, víctima de la Mafia

Pipo Baudo es una personalidad en el mundo de la televisión italiana. Su programa Domenica-in, que anima las noches del domingo en la RAI-1, alcanza récords de audiencia. Baudo es también popular como compañero sentimental de la soprano Katia Ricciarelli, una de las estrellas mundiales de la ópera. Desde la noche del pasado sábado, cuando una potentísima explosión redujo a escombros su casa de la costa oriental de Sicilia, Pipo Baudo se ha convertido, además, en el símbolo de cómo un pequeño desliz puede provocar la respuesta contundente de la delincuencia organizada en Italia.

Hijo de un abogado ya fallecido instalado en Catania, el presentador de la primera cadena de la televisión pública italiana dice no haber recibido nunca amenazas ni demandas económicas de extorsión. Su trabajo, constata, es de puro entretenimiento, y está lejos del periodismo de denuncia anti-Mafia que recientemente se ha adueñado de otros shows de la televisión italiana. Pero la explosión del sábado en el chalé de Santa Tecla, no lejos de Taormina, provocada con 10 kilos de dinamita colocados en un salón previamente rociado de gasolina, fue indudablemente obra de profesionales del crimen.Ha sido Gaetano, el chófer siciliano de Baudo, quien ha sentenciado: "No es un problema de dinero. Debe ser algo mucho más grave". Y más grave parece haber sido, en efecto, el incidente ocurrido en el Domenica-in del pasado 27 de octubre. Baudo entrevistó ese día a varios responsables de Bambino in fuga, una serie que RAI-1 ofrece también los domingos y en la que se cuenta la historia verídica de uno de los niños alejados de la localidad calabresa de Cittanova por orden del juez para evitar que murieran asesinados en una faida, una guerra de venganzas entre familias rivales de la Ndranghetta, la sangrienta Mafia de Calabria.

Desliz

El desliz de Baudo, o tal vez su osadía, consistió en que, al presentar a los guionistas de la serie, reveló al público que el personaje central de Bambino in fuga refleja las peripecias de un niño real llamado Domenico Facchineri. El guión da cuenta precisa del lugar de residencia y la vida cotidiana de este muchacho, que hoy tiene 16 años. Pero la guerra por el control del mundo del delito iniciada en 1964 entre las familias de los Facchineri, los Albanese, los Raso o los Gullace aún no ha concluido.La familia Facchineri, a través de su abogado, negó la semana pasada estar relacionada con el tráfico de drogas y declaró que consideraría zanjado el incidente si Baudo proclamaba en televisión que cualquier semejanza entre Bambino in fuga y la realidad era pura coincidencia. Para cuando el presentador pudo hacer esta rectificación, el pasado domingo, la dinamita había irrumpido en la escena con otro tipo de discurso.

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