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Galería de rarezas

Anécdotas y personajes curiosos surgen entre las sesiones de la Conferencia de Paz

Zalman Shoval, embajador de Israel en Washington, miembro de la delegación de su país en la Conferencia de Paz, pensó que había llegado su hora. Estaba sentado en la explanada de la Almudena, esperando ser entrevistado por la CNN, cuando aquel hombre salió de la caravana contigua empuñando una enorme arma blanca. A su vez, el técnico de la cadena televisiva, que acababa de trinchar unos cuantos pollos para el almuerzo con el cuchillo que le había prestado un compañero de la NBC, y se disponía a de ,volverlo, creyó que los agentes del Mosad que se abalanzaron sobre él iban a despedazarle Todo quedó en un susto, en una más de las rarezas que pueden cosecharse en la conferencia.Aunque, por ahora, quien sigue llevándose el oscar a la excentricidad es el pobre John Roots, el norteamericano que enviudó como consecuencia del atentado terrorista contra un avión de Pan Am en 1988. No sólo interviene apocalípticamente en las conferencias de prensa -no se corta ni ante Baker-, tronando contra Siria: se desliza también por los pasillos enarbolando una ampliación de su foto de boda, ofreciendo su historia a los medios de difusión. Parece que Roots enloqueció cuando falleció su mujer, y desde entonces está en manos de Abi Weiss y otros partidarios del Gran Israel.

En su pataleta frente a Baker, el viudo inquietó sobre todo a Billy el Niño y Montana Jones, que es como en el Palacio de Cristal llamamos a un norteamericano de seguridad que mide aproximadamente 1,40 metros, y a su perra adiestrada, Montana -más alta que él cuando se planta sobre sus patas traseras-, cuyos ojos desvelan el sopor que le produce tener que husmear a tantos periodistas. Resulta curioso que los agitadores sionistas se, paseen por el centro de prensa con acreditación de periodistas en la solapa. Aunque no es el único caso de camuflaje. Los propios militares qué censuran en el Beit Agron de Jerusalén están irreconocibles con su traje de civil y sus gafas Ray Ban, mientras s pasean, masticando chicle, por los despachosde los medios de comunicación más importantes, tratando de arrimar el agua informativa a su molino.

Por suerte, la espiritualidad nos salvará. Después de la pre gunta que un espontáneo -también con acreditación de prensa- le planteó al jefe de la diplomacia norteamericana so bre el secreto de Fátima, hay quien teme que también aparezcan los harekrisna. Entretanto los Jóvenes por un Mundo Un¡do y Humanidad Nueva, otra secta, reparten por doquier sus panfletos, y el clan de los Bongiovanni -editores de la revista Nonsiamsoli-, que ya asaltaron a Raísa Gorbachova en Toledo, introducen ejemplares por debajo de las puertas. Con todo, el folleto más divertido es el que puede obtenerse gratis en la oficina de prensa israelí, en el que se demuestra que, mapas en mano, Israel es mucho más pequeño incluso que, Ecuador: cómo se le ocurre a nadie pedirles que, encima, devuelvan territorios.

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