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ANÓNIMO

Manuel Vicent

He dejado la casa cerrada y los membrillos maduros en el jardín colgando. Bajo la lluvia de otoño, unos cargadores con terribles manos se fueron llevando muebles, libros y lámparas, hasta quedar las paredes deshabitadas, y a medida que los enseres familiares desaparecían las voces se iban haciendo más huecas en aquel ámbito donde había vivido tanto tiempo. Permanecían allí muchas risas, muchos llantos ahogados todavía; con las alfombras también se levantaron todas las pisadas de los amigos y al final se apagaron por completo los ladridos de los perros. Mientras en los canalones sonaba el aguacero, emergían del cuarto trastero muchos objetos olvidados, viejos juguetes de los niños, cartas mohosas que no había contestado, la caja de música con una bailarina de seda que rememoraba una edad perdida, la medicina que tomó el último moribundo y sus lentes desaparecidos. Sobre las hojas moradas de los prunos, los cargadores sacaban a la calle con cestos hasta el furgón cada uno de los pequeños cadáveres de la memoria tapados con mantas, y bajo la lluvia abandoné esa casa para siempre, pero después de unos días, que tal vez han sido infinitos años, he vuelto a esa misma casa para recoger la correspondencia y los membrillos maduros. Estaba toda en penumbra y el aire ya había comenzado a oler a cerrado. Me puse a leer las cartas de los bancos sentado en la escalera a la luz de la claraboya y de pronto descubrí que había un sobre muy gastado entre el correo acumulado. Era una carta extraviada durante mucho tiempo que había llegado cuando ya nadie vivía allí. Al abrir el papel supe que se trataba de un anónimo. Alguien había escrito en sanguina con letra nerviosa la amenaza concreta de que me iba a asesinar sin dudarlo en absoluto. El matasellos traía la fecha de abril de 1984. Miré alrededor y vi las habitaciones vacías, las paredes a oscuras; oía la misma lluvia antigua que no cesaba. Todavía dudo si esa sentencia no se ha cumplido y estoy muerto ahora con un membrillo en la mano.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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