ETA confiesa sus temores ante los contactos con el Ejecutivo y relega a segundo plano a sus presos
Un fantasma atormenta a ETA, el de la tregua. Dejar de matar algún tiempo sin sacar "algo" a cambio podría tener "consecuencias cuasi-irreversibles". Así lo afirma el extenso documento publicado en Egin tras su intervención por la Ertzaintza (policía autonómica) al comando Mendia. ETA teme la tregua sin concesiones a cambio, teme hablar demasiado pronto de la liberación o reagrupamiento de presos, teme que los contactos sean "una maniobra" para cercar y desarticular su dirección en Francia.
El texto de la dirección terrorista es una respuesta a otras "reflexiones". Por referencias del documento, se trata de contestar a posiciones del "equipo de asesores" formado para las conversaciones de Argel, en 1989, y a los deportados en Santo Domingo, agrupados en torno a Eugenio Etxebeste, Antxon.El propósito es fijar posiciones de mayor cerrazón y dureza frente a eventuales contactos que las defendidas por algunos de los asesores y por el grupo de Etxebeste. El argumento central frente a las propuestas favorables a una tregua es el riesgo de verse abocados a una nueva ruptura y a dar "un nuevo paso atrás".
Un resultado como el cosechado después de Argel o aún peor. Este podría ser el resumen de los temores de la dirección. Las referencias a las con secuencias negativas para ETA de la ruptura del diálogo de Argel, hace más de dos años, son constantes. Una serie de treguas concatenadas "generarán enormes expectativas y la indudable sensación de pacificación en la sociedad vasca", según se afirma.
De prolongarse las treguas encadenadas sin conseguir a cambio lo que ETA denomina ,,acuerdos marco", la organización terrorista teme quedar "en una dificil situación de cara a reanudar la lucha armada". La salida "traumática" de una tregua, como sucedió en Argel, "puede tener unos costes importantísimos" al reanudar los atentados.
Sin "contrapartidas importantemente suficientes", la ruptura de un período de inactividad "acarrea unos costos políticos y sociales de gran alcance". La organización confía en sus activistas, pero prevé reacciones contrarias y un reflejo electoral negativo "en los aledaños", incluido el entorno de Herri Batasuna.
La conclusión del extenso análisis es que las conversaciones de Argel resultaron positivas como precedente y entrenamiento. Pero tras el final, el Gobierno español consiguió convertirlas en una derrota para ETA, sobre todo con la expulsión fulminante del país magrebí de todos los exiliados de la organización.
Hablar demasiado pronto
El segundo gran temor es empezar a hablar "demasiado pronto" de cuestiones interpretadas como técnicas por el Gobierno, según el documento. Paradójicamente, se trata de la liberación de los presos, o de una parte de los mismos, y de su reagrupamiento en prisiones próximas a Euskadi. Por estos supuestos objetivos, que ETA rechaza abordar en una primera fase de contactos y relega a un segundo tramo de conversaciones, ha lanzado hasta fin de año una campaña de huelgas de hambre de los presos y movilizaciones de los familiares.¿Quiere el Gobierno dialogar o juega con ETA al gato y al ratón? La dirección da por supuesto que "el enemigo", como denomina al Ejecutivo, intentará siempre aprovechar para acabar con ellos. Ese fue el caso el año pasado cuando, según el documento, la policía española y los servicios franceses montaron una operación para detener a la dirección.
Otra preocupación perceptible es la denominada "movida liquidacionista", aunque la dirección la da por "desbaratada". La "rnovida" se atribuye a A y B, claves transparentes para referirse a los abogados Iñaki Esnaola y Christianne Fando. Esta última es acusada con nombre y apellido de haber boicoteado un contacto "político, con el Gobierno francés, antes del verano de 1989, después de intentar tomar iniciativas propias, al margen de la dirección.
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