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LA 'LEY CORCUERA' Y LA LUCHA ANTIDROGA

La juez de El Prat investiga a las patrullas vecinales

Àngels Piñol

La juez de El Prat de Llobregat (Barcelona) ha abierto una investigación contra los miembros de las patrullas vecinales del barrio de Sant Cosme que agredieron a una veintena de drogadictos el pasado fin de semana. La juez recibió ayer un informe policial que contiene las identidades de las víctimas y de los supuestos agresores.El fiscal jefe del Tribunal Superior de Cataluña, Carlos Jiménez Villarejo, aseguró ayer que "en el marco de la investigación abierta por la juez, la fiscalía ejercerá acciones penales contra las conductas de los vecinos, que, sin duda, son delictivas". Incluso citó la posible calificación de los delitos: amenazas y coacciones; atentado a la integridad física y, en algunos casos, detención ¡legal. El fiscal realizó estas declaraciones tras concluir una reunión en el Gobierno Civil de Barcelona, a la que asistieron jefes de policía y de la Justicia para debatir las medidas a adoptar en el barrio de Sant Cosme.

Como elemento imprescindible para buscar una solución al conflicto social derivado del trárico de droga en El Prat, Jiménez Villarejo indicó que reclamaría al Consejo General del Poder Judicial y al Ministerio de Justicia -"de forma inaplazable e inmediata"- la puesta en marcha de un tercer juzgado en El Prat, que ya está aprobada. "Es una petición que hemos formulado, pero la situación es insostenible. No se pueden admitir más esperas, porque se está imposibilitando la acción de la justicia, sin dar garantías de seguridad a los ciudadanos", señaló Villarejo.

El partido judicial de de El Prat es uno de los que tramitan un mayor volumen de procedimientos contra la salud pública e instruye también gran número de causas de robos con intirrildación relacionados con el consumo de estupefacientes. "Pese a nuestro esfuerzo, y si no se atiende la petición, sólo avanzaremos en medidas policiales, pero nada más", advirtió Jiménez Villarejo.

En Sant Cosme reinaba ayer la tranquilidad. La presencia policial continuaba siendo masiva. Grupos de vecinos continuaban en situación expectante, pero pacífica, lejos de las agresiones cometidas contra los heroinómanos, informa Francisco Bracero.

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