Villar pide un castigo ejemplar para Cruyff

El presidente, de la Federación de Fútbol, Angel María Villar, ha pedido al juez único del Comité de Competición, José Javier Forcén, la apertura de un expediente al entrenador del Barcelona, Johan Cruyff, por dar a entender que el calendario de Liga fue manipulado. El técnico afirmó el pasado sábado: "No me cabe en la cabeza que, sabiendo que el día 23 estaba programado un partido de la Copa de Europa, nos toquen antes y después dos huesos como el Madrid y el Atlético. No es una casualidad". Cruyff es reincidente, y podría recibir una sanción de tres millones.

De producirse una sanción de semejante cuantía, sería la más alta impuesta nunca en el fútbol español. Un portavoz federativo reconoció ayer que Villar va a entregar al juez único recortes de periódico en los que aparecen las manifestaciones del técnico azulgrana para justificar su petición. Este mismo portavoz reconoció el día anterior, en manifestaciones a una agencia de prensa, el malestar que las declaraciones de Cruyff han creado en Villar, por lo que no extraña que haya sido el propio presidente de la federación quien haya solicitado la apertura del expediente.La situación en que se encuentra el juez único del Comité de Competición es un tanto delicada en este asunto para salvaguardar su independencia debido a la postura adoptada por Villar. Forcén decidirá hoy si abre expediente o no a Cruyff, sobre el que pesa la reincidencia de sanciones anteriores y que se mantiene durante un año, para prescribir pasado ese tiempo. El técnico azulgrana ha sido protagonista de cuatro incidentes notorios desde que prepara al Barcelona.

Reincidente

En su primera temporada en el club barcelonista (29 de septiembre) Cruyff fue expulsado en el partido Barcelona-Real Madrid, correspondiente a la Supercopa, por menospreciar a un juez de línea, falta que le supuso un castigo de un partido. También resultó expulsado en el estadio Santiago Bernabéu en el partido de Liga del mes de febrero del año pasado, al acumular dos amonestaciones, una por protestar y otra por salir del banquillo, aunque en esta ocasión no recibió ninguna sanción. Otro partido de la Supercopa, entre azulgranas y madridistas (6 de diciembre de 1990) supondría la expulsión de Cruyff, por protestar, y una suspensión por un partido (sucedió en aquel mismo partido en que Stoichkov pisoteó a Urízar Azpitarte).Finalmente, el técnico azulgrana fue sancionado al final de la pasada temporada con dos partidos, tras protestar y entrar en el terreno de juego en el partido de semifinales de la Copa del Rey, Atlético Madrid-Barcelona. Cruyff cumplió el castigo, impuesto por menospreciar la autoridad del árbitro, al inicio de la actual Liga. Posteriormente, el entrenador holandés recibió una multa de medio millón de pesetas, por sus críticas a los árbitros. Estas descalificaciones se recrudecieron a finales de la pasada temporada e inicios de ésta y que se han hecho extensivas al propio Comité de Competición y otros organismos federativos.

Un directivo del propio club azulgrana solicitó en su día una sanción disciplinaria al entrenador, por "su capacidad para desviar problemas del equipo hacia personas ajenas a la entidad". La propuesta, formulada después del partido en que Stoichkov agredió a Urízar Azpitarte y el técnico fue expulsado, fue desestimada, porque no hubo multa ni para el jugador búlgaro.

La reincidencia de las sanciones al técnico del Barcelona agravaría ahora el posible castigo hasta tres millones de pesetas, la máxima multa económica que contemplaban los reglamentos hasta que los nuevos, aprobados el pasado mes de junio, han sido ratificados los nuevos por el Consejo Superior de Deportes, y en los que esa cifra se eleva a 10 millones.

Las últimas acusaciones de Cruyff, especialmente las referentes al calendario de Liga, no han sido compartidas por la directiva, que ve en la actitud del técnico una forma de justificar las carencias del equipo. El entrenador, además, ya mostró sus dudas respecto al Comité de Competición, cuando le sancionó con 500.000 pesetas. "El Comité", dijo entonces Cruyff, "ha matado al mensajero".