Conductores de autobuses de Entrevías reivindican la condición de 'líneas malditas'
Siete conductores de las líneas de autobús que atraviesan Entrevías rumbo a los mercados de la droga, La Celsa y Pies Negros, no se molestaron porque un grupo de vecinos cortaran la noche del sábado la calle principal del barrio. Pusieron sus vehículos en fila y se sumaron a la protesta contra la droga. Ellos, denuncian, también trabajan en una línea maldita como las 130 y 131, que pasan junto al Rancho del Cordobés y que desde agosto tienen dos empleados por autobús.
Las líneas 112 y 102 comunican la plaza del Emperador Carlos V con el Pozo del Tío Raimundo, en Entrevías. Sus recorridos, muy similares, facilitan el acceso a los mercados de la droga de Vallecas: la barriada chabolista de los Pies Negros, a orillas de la avenida de Entrevías, y La Celsa, junto a la carretera de Vicálvaro a Vallecas.Su caso es similar al que padecen los conductores de las líneas malditas, la 130 y 131, algunos de cuyos conductores han llegado a ser agredidos por los drogadictos. Al menos, es lo que siete de sus trabajadores intentaron reivindicar la noche del sábado, aprovechando que medio centenar de vecinos había cortado la avenida de Entrevías para protestar contra los traficantes de drogas del poblado de los Pies Negros.,
Los conductores pusieron sus vehículos en fila, bloqueando el paso subterráneo de la avenida de Entrevías. Los vecinos saludaron con aplausos la incorporación de los conductores a su protesta, que prendió al comienzo de la semana pasada al tiempo que se extendían los movimientos antidroga en otros barrios de Madrid.
Se vieron obligados
Ricardo Rosado, portavoz de la Plataforma Sindical, mayoritaria en el comité de empresa de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), aseguró ayer que los trabajadores no tenían ánimo de adherirse a la manifestación. "Bajaron del autobús en evitación de males mayores una vez que un numeroso grupo de personas les impidió proseguir la ruta", comentó. "Fue un acto espontáneo".Según Rosado, estas líneas de Vallecas padecen los mismos problemas que las famosas 130 y 131, donde el problemas aún no está solucionado. "La medida de los acompañantes termina este mes, porque la dirección la impuso de forma provisional para acallar durante algún tiempo las protestas de vecinos y trabajadores. Veremos ahora", comentó.
El portavoz de la Plataforma aseguró que en la plantilla de la EMT "hay mucha sensibilidad por el asunto de la droga". "Primero, como ciudadanos, y luego. porque lo sufrimos todos los días", dijo. Rosado no cree que ,los conductores sean sancionados por la empresa, ', aunque la política que se sigue en la EMT desde hace tiempo es la la represión y las sanciones ejemplarizadoras".
La fama de las rutas 130 y 131, y las presencia de acompañantes, ha desviado a parte de los usuarios-drogadictos a líneas como las de Entrevías, por las que también se accede con facilidad a los mercados de la droga. Hasta hace poco tiempo su presencia en estas rutas no resultaba problemática porque eran una minoría entre los viajeros, según otro miembro de la Plataforma. "Pero poco a poco se van ganando terreno".
Según comentó un conductor de la 102 a El Sol, los atracos yamenazas son habituales en la línea. "No podemos más, te juegas la vida diariamente". Un compañero de trabajo relató que lleva un frasco de alcohol en la cabina para lavarse las manos. "Los yonquis me dan dinero manchado de sangre".
Los manifestantes de Entrevías, convocados por la Asociación de Vecinos La Viña, solicitan la desaparición del poblado de los Pies Negros, al que señalan como residencia de traficantes, y que impide desde hace años la reforma de la entrada principal del barrio, estrangulada por las chabolas.
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