El ministro fue a su despacho en el tren de cercanías

El ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, acudió ayer a su trabajo utilizando el tren de cercanías. Salió de su casa en Majadahonda se dirigió en coche a la estación de Embajadores, subió al convoy -con una nutrida comitiva de políticos y periodistas para inaugurar un túnel que unirá dos líneas de trenes interurbanos que serán ahora en la línea más frecuentada de España- y bajó en Atocha. Pronunció unas palabras, pocas, se despidió y se marchó al despacho, en Nuevos Ministerios, en otro tren de cercanías.El primer recorrido, el más preparado, tenía como objetivo presentar la nueva línea C-5 (Fuenlabrada-Atocha-Móstoles). El :trayecto, que ofrece la novedad de atravesar en un túnel de 1.200 metros el espacio que separa la estaciones de Embajadores y Atocha, se realizó en apenas unos minutos. La consecución de este proyecto, que ha supuesto una inversión de 1.800 millones de pesetas y la resolución de problemas de Ingeniería importantes, se ha demorado 13 años en el tiempo.

El ministro estuvo acompañado del presidente de la comunidad, Joaquín Leguina, y de la presidenta de Renfe, Mercé Sala. El alcalde -que tenía que asistir al Pleno del Ayuntamiento- no acudió a la cita, pero sí lo hicieron los ediles de los pueblos del Sur por los que pasa la línea.

Este túnel permitirá el acceso hasta el centro de la ciudad a más de 100.000 usuarios todos los días, y su enlace con el metro en las estaciones de Aluche (línea 10), Laguna (6), Embajadores (3 y 5) y Atocha (1). Además captará 7.500 conductores de las carreteras, lo que equivale a una fila de coches de 13 kilómetros.