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Un estudio revela que la mitad de las gimnastas españolas de élite sufre problemas afectivos

Mábel Galaz

Un estudio psicológico realizado a instancias del Consejo Superior de Deportes (CSD) entre 34 gimnastas españolas de élite todas ellas retiradas, algunas hace menos de un año, revela que más de la mitad sufren problemas afectivos como consecuencia de su actividad deportiva. De sus contestaciones también se desprende que poseen un carácter muy introvertido que les ha llevado a sentirse inadaptadas y a tener miedo del mundo una vez que tomaron la decisión de retirarse. Sin embargo, el 80% de ellas asegura que si volvieran a nacer serían gimnastas a pesar de no haberles compensado económicamente.

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La gimnasia, a juicio de los técnicos, es un deporte en el que tiene tanta importancia la mente como el cuerpo. La temprana edad en que las deportistas comienzan a medirse en la alta competición y la tensión psicológica a la que se ven sometidas dejan importantes secuelas en su vida, que se acrecientan una vez que dejan la competición. Los testimonios, hasta ahora individuales, de algunas gimnastas, en los que manifestaban sufrir problemas emocionales, se ven refrendados en la actualidad con un estudio, el primero de estas características, elaborado por Carmen Albertos, gimnasta retirada, profesora y juez internacional, y Amador Cernuda, psicólogo.Estos dos especialistas han entrevistado, a petición del Consejo Superior de Deportes, a 34 deportistas de élite, que fueron divididas en tres grupos de trabajo: las que se retiraron antes de los Juegos de Los Ángeles 84, las que lo hicieron tras esta cita olímpica y las que lo dejaron tras Seúl 88. La edad media de las entrevistadas es de 25 años. Las respuestas han sido realizadas de manera anónima.

El formularlo consta de 40 preguntas que abordan desde cuestiones técnicas y de eritrena mi ento hasta personales. Es en este último apartado donde los epecialistas hacen especial hincapié.

Las gimnastas aseguran en sus respuestas que las muchas horas de entrenamiento les han privado de desarrollar áreas que la gente no deportista disfruta más ampliamente. En especial ellas reconocen que la práctica de este deporte les ha impedido mantener relaciones afectivosentimentales (56%), tener ocio (56%), estudios (33%) y vida familiar (23,3%).

Sin ayuda psicológica

Todas dicen no haber tenido durante su vida deportiva ningún tipo de apoyo psicológico (100%), mientras que prácticamente todo el colectivo (99%) cree que una ayuda de este tipo hubiera sido muy útil para su carrera. En este sentido, el 40% piensa que hubieran necesitado desarrollar la motivación y la autoconfianza.

Los problemas emocionales, según el estudio, se hicieron más patentes tras la retirada de la competición. Así se indica que las gimnastas, en su nueva vida, aunque echaban de menos el gimnasio (70%), eran muy felices (34%), pero se sentían inadaptadas (46%), sufrían depresión (33%), no sabían qué hacer (30%), se sentían vacías (30%) y tenían miedo del mundo (30%). El 36% ha tenido problemas de peso y en algunas ocasiones también de sueño.

El miedo a las lesiones ocupa un importante apartado en el estudio y un 63% de ellas asegura haberlas padecido y el 56% todavía dice sufrir secuelas. Este elevado temor, en opinión de los especialistas, ha reducido sus posibilidades de rendimiento y en alguna manera ha facilitado las lesiones.

El 90% de las entrevistadas considera que ser gimnastas no ha merecido la pena económicamente y el 50% que veían el futuro con optimismo cuando estaban en activo, cifra que se elevó al 80% tras abandonar la práctica de este deporte. La jubilación y la preparación para esta nueva etapa de su vida es algo que el 100% de las encuestadas considera indispensable. Pese a ello, el 50% entiende que ha merecido la pena ser gimnastas, y el 30%, que es lo más importante de su vida.

Más que padres

Las relaciones entre la gimnasta y su entrenador ocupan un importante apartado en el estudio del CSID, aunque las respuestas ofrecen opiniones muy diversas. Para la mitad de ellas la comunicación con su preparador era buena, y para un 10%, mala. El estilo del preparador ha sido definido por el 73% de ellas como autoritario y un 27% lo considera igualitario o democrático. El 43% de las deportistas ve a su entrenador como un "ser superior", mientras que para un 20% es como un padre y para un 13% como un hermano mayor. El 90% tenía admiración por su entrenador, aunque el 3% sentía odio y a otro porcentaje le era indiferente.Durante su etapa de gimnastas en activo, la persona que más les importaba en las competiciones era su entrenador (70%), antes que su familia (13%). En una prueba, al 76% no le afectaba la presencia de alguien en concreto en las gradas. Las que respondieron afirmativamente señalaron que si había alguien eran personas pertenecientes a su familia.En este apartado el estudio resalta el importante papel que desarrollan los técnicos en la formación integral de la gimnasta, ya que casi nunca son vistos como unos meros entrenadores. Los especialistas señalan que, por su influencia, su papel es muy relevante a nivel educativo y de formación del carácter.

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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